Argentina ha concretado la adquisición de 24 aviones de combate F-16 Fighting Falcon de segunda mano procedentes de Dinamarca. Con ello se suma a países como Estados Unidos, Chile y Venezuela en la operación de estos cazas supersónicos. La compra, valorada en 300 millones de dólares, busca recuperar la capacidad supersónica de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). En el año 2015 Argentina retiró los Dassault Mirage III de su flota supersónica.
El acuerdo, firmado entre el ministro de Defensa argentino, Luis Petri, y su homólogo danés, Troels Lund Poulsen, incluye 20 cazas monoplaza F-16A y 4 biplaza F-16B. Dentro de la compra también constan simuladores, repuestos y armamento como misiles AIM-120 y AIM-9X. La operación, aprobada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, cuenta con un paquete adicional de 941 millones de dólares para equipamiento y soporte.
Argentina le apostó a los F-16
Las entregas comenzaron en diciembre de 2024, con el primer F-16B presentado en la Base Aérea de Tandil el 24 de febrero de 2025. La incorporación de los F-16, modernizados al estándar Mid-Life Update (MLU), permitirá a Argentina realizar misiones de defensa aérea, contraataque ofensivo y apoyo aéreo cercano, según el Ministerio de Defensa. “Este es un hito histórico para la reconstrucción de nuestra defensa nacional”, afirmó Petri.
La FAA, que operará desde Tandil, espera completar la recepción de las aeronaves en 2028, con pilotos ya en entrenamiento. El contexto regional muestra a Chile como pionero en la operación de F-16 en América Latina desde 2005, con 46 unidades. Por otra parte Venezuela adquirió 24 en 1983, aunque enfrenta problemas de mantenimiento debido a tensiones con Estados Unidos.
Argentina, que evaluó ofertas de China (JF-17) e India (Tejas), optó por los F-16 por su probada eficacia, interoperabilidad con aliados y financiamiento estadounidense, que incluye 40 millones de dólares en fondos militares. La decisión también responde a intereses geopolíticos.
Contrarrestar la influencia china en la región,
Según expertos, Estados Unidos apoyó la venta para contrarrestar la influencia china en la región, mientras el Reino Unido no ejerció veto, a pesar de tensiones históricas por las Islas Malvinas. “Los F-16 son una apuesta a largo plazo por su robustez y soporte logístico”, señaló Andrei Serbin Pont, especialista en defensa.
La industria aeroespacial argentina, con experiencia en mantenimiento de aeronaves como los A-4AR Fightinghawk, asumirá la logística en Río Cuarto. Sin embargo, la adquisición ha generado debate por su costo en un contexto de crisis económica, con inflación de tres dígitos y 40% de la población en pobreza. A pesar de ello, el gobierno de Javier Milei prioriza la modernización militar como herramienta de disuasión y soberanía.