Según expertos en finanzas personales, las familias deben ahorrar entre el 10 % y 20 % de sus ingresos mensuales. Esta práctica, recomendada por instituciones como el Banco Mundial y organismos locales en América Latina, busca fortalecer la estabilidad económica del hogar frente a emergencias, metas a largo plazo y ciclos de incertidumbre.
La capacidad de ahorro mensual de una familia depende directamente de su nivel de ingresos y estructura de gastos. Sin embargo, organismos multilaterales y asesores financieros coinciden en que destinar al menos el 10 % de los ingresos al ahorro es una meta realista y sostenible para la mayoría de los hogares, incluso en contextos de ingresos medios o bajos.
En Ecuador, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 47 % de los hogares no tiene capacidad de ahorro mensual debido a que sus ingresos apenas cubren necesidades básicas. Aun así, economistas recomiendan que las familias, independientemente de su nivel socioeconómico, adopten una disciplina de ahorro regular, por pequeña que sea.
Recomendaciones según niveles de ingreso
La economista Ángeles Hernández señala que para hogares con ingresos bajos, la sugerencia mínima es ahorrar al menos el 5 %, mientras que familias con ingresos estables pueden aspirar a un 15 % o incluso más. Según la regla del 50/30/20, muy utilizada en finanzas personales, el 20 % del ingreso debe destinarse al ahorro o reducción de deudas, el 50 % a necesidades básicas y el 30 % a gastos personales o variables.
Esta fórmula, adaptada a contextos locales, permite a las familias construir fondos de emergencia, invertir en educación o vivienda, y prepararse para imprevistos financieros. La economista recomienda que las familias prioricen el ahorro antes que los gastos de consumo no esenciales.
Fondo de emergencia y metas a largo plazo
Una de las principales razones para ahorrar de manera constante es construir un fondo de emergencia, equivalente a entre tres y seis meses de gastos esenciales. Este fondo sirve como respaldo ante enfermedades, pérdida de empleo o crisis económicas.
Además del fondo de emergencia, el ahorro permite financiar objetivos familiares de mediano y largo plazo, como estudios universitarios, mejoras de vivienda o emprendimientos. La planificación mensual es clave para diferenciar entre ahorro de emergencia y ahorro con fines específicos.
Herramientas y métodos para ahorrar en familia
En la actualidad, existen múltiples herramientas digitales y métodos tradicionales para fomentar el ahorro familiar. Desde aplicaciones móviles que registran ingresos y egresos hasta métodos como el reto de las 52 semanas o el sistema de sobres, cada familia puede elegir el mecanismo más adecuado según su estilo de vida.
Los bancos y cooperativas ecuatorianas también ofrecen cuentas de ahorro programado, que ayudan a establecer metas fijas y generan interés sobre los depósitos. Estos productos financieros son una opción segura para quienes buscan fortalecer su hábito de ahorro sin incurrir en riesgos, agrega Hernández.
El ahorro como hábito intergeneracional
Enseñar el valor del ahorro desde temprana edad es otra estrategia recomendada por expertos. «Las familias que involucran a los niños en la planificación del hogar fomentan la educación financiera y la toma de decisiones responsables», expresa la especialista.
Asimismo, menciona que es importante que tanto la pareja como la familia en general tomen cursos sobre educación financiera o se auto eduquen. El objetivo es que aprendan a tomar mejores decisiones acerca del dinero. Incluso, recomienda que también le enseñen a los niños el valor del dinero.