El astigmatismo es un trastorno visual frecuente que afecta a más del 30 % de la población mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de un error refractivo que ocurre cuando la córnea o el cristalino tienen una curvatura irregular, lo que impide que la luz se enfoque correctamente en la retina. Este problema provoca visión borrosa, distorsionada o doble, tanto de lejos como de cerca.
¿Qué es el astigmatismo y cómo se produce?
El astigmatismo es una condición en la que la forma del ojo impide que los rayos de luz se enfoquen en un solo punto de la retina. En un ojo sano, la córnea —la capa transparente frontal del ojo— tiene una forma esférica. En el caso del astigmatismo, tiene una curvatura más parecida a un balón de rugby que a una esfera perfecta.
Esta irregularidad provoca que la luz se disperse en varios puntos de enfoque, lo que genera visión borrosa o distorsionada. Puede afectar a uno o ambos ojos, y suele estar presente desde el nacimiento, aunque también puede desarrollarse tras una cirugía ocular o una lesión.
Tipos de astigmatismo
Existen tres tipos principales de astigmatismo:
- Astigmatismo corneal: ocurre cuando la córnea tiene una forma irregular.
- Astigmatismo lenticular: se debe a una forma anormal del cristalino, que está detrás del iris.
- Astigmatismo mixto: cuando la luz se enfoca tanto delante como detrás de la retina.
El astigmatismo también puede clasificarse como regular (cuando los meridianos principales del ojo están perpendiculares) o irregular (cuando no lo están, común en casos de queratocono o cicatrices en la córnea).
Síntomas más comunes
Entre los síntomas del astigmatismo destacan:
- Visión borrosa o distorsionada, tanto de cerca como de lejos
- Dificultad para enfocar detalles pequeños
- Fatiga visual o molestias después de leer o usar pantallas
- Dolores de cabeza frecuentes
- Entrecerrar los ojos para ver mejor
En muchos casos, especialmente en niños, el astigmatismo puede pasar desapercibido si no se realiza un examen visual regular. Por eso, los expertos recomiendan controles oftalmológicos desde edades tempranas.
Diagnóstico y tratamiento
El astigmatismo se diagnostica mediante un examen ocular completo, que puede incluir:
- Refracción visual computarizada
- Queratometría (para medir la curvatura de la córnea)
- Topografía corneal
El tratamiento depende de la severidad del defecto visual. Las opciones incluyen:
- Lentes correctivas: gafas con lentes cilíndricas que compensan la curvatura irregular.
- Lentes de contacto: especialmente las lentes tóricas, diseñadas para adaptarse al ojo con astigmatismo.
- Cirugía refractiva: procedimientos como LASIK, PRK o SMILE, que modifican la forma de la córnea con láser.
¿Se puede prevenir el astigmatismo?
El astigmatismo no se puede prevenir, ya que en la mayoría de los casos es una condición hereditaria o congénita. Sin embargo, un diagnóstico temprano y el uso adecuado de corrección óptica ayudan a evitar complicaciones como la ambliopía (ojo vago), especialmente en niños.
No existen pruebas de que el uso excesivo de pantallas o la lectura con poca luz cause astigmatismo, aunque sí puede empeorar la fatiga ocular en personas que ya lo padecen.
Impacto y calidad de vida
Aunque el astigmatismo no es una enfermedad grave, puede afectar significativamente la calidad de vida si no se trata. Puede dificultar la lectura, el rendimiento escolar o laboral, la conducción nocturna y otras actividades cotidianas.
Gracias a los avances en la óptica oftálmica y la cirugía ocular, la mayoría de los casos de astigmatismo pueden corregirse con alta eficacia y precisión. La clave está en un seguimiento regular y personalizado con un oftalmólogo.
El astigmatismo es uno de los defectos visuales más comunes y tratables. Un control oftalmológico oportuno, combinado con opciones correctivas adecuadas, permite mantener una visión funcional y evitar complicaciones a largo plazo.