El crédito vehicular es una herramienta clave para adquirir un auto sin desestabilizar las finanzas personales, siempre que se planifiquen cuidadosamente, según expertos financieros. Este tipo de financiamiento, que impulsa la inclusión financiera, permite a muchas personas cumplir el sueño de tener un vehículo propio, ya sea nuevo o usado, sin necesidad de un gran pago inicial. La clave está en gestionar la deuda de manera responsable, destinando no más del 30 % de los ingresos mensuales a pagos de deudas, según recomendaciones del sector bancario.
Para solicitar un crédito vehicular, es fundamental evaluar la salud financiera, que incluye ingresos estables, gastos controlados y un fondo de emergencia equivalente a tres o seis meses de gastos, según el Centro para la Estabilidad Financiera (CFSI). La capacidad de endeudamiento, que mide cuánto se puede pagar sin afectar el presupuesto, y un buen historial crediticio son esenciales para acceder a condiciones favorables. Las tasas de interés, que determinan el costo del crédito, deben analizarse para calcular las cuotas mensuales.
Planificación adecuada para cumplir metas
Un mito común es que los créditos vehiculares llevan al endeudamiento excesivo, pero una planificación adecuada desmiente esto. No es necesario un gran pago inicial, aunque ahorrar para una cuota inicial reduce el monto financiado y las cuotas mensuales. Además, los créditos no están limitados a autos nuevos; también aplican a vehículos usados. Pagar de contado puede parecer ideal, pero un crédito bien gestionado permite mantener liquidez para imprevistos y mejora el historial crediticio, abriendo puertas a futuras oportunidades financieras.
Para ahorrar hacia un crédito, expertos sugieren fijar metas claras, como determinar el modelo y año del vehículo, y automatizar ahorros en una cuenta dedicada. Reducir gastos hormiga, como compras impulsivas, también ayuda a acumular fondos para la cuota inicial. La regla 20/4/10 sugiere un pago inicial del 20%, un plazo de cuatro años o menos y cuotas que no superen el 10 % de los ingresos mensuales.
Por ejemplo, para un auto de $25,000, se necesitarían $5,000 de inicial y cuotas de hasta $400 con ingresos de $4,000 al mes. La planificación incluye mantener deudas controladas y contar con seguros para imprevistos. Un fondo de emergencia y un presupuesto claro para gastos futuros, como reparaciones o viajes, garantizan estabilidad.
Los créditos vehiculares han crecido en popularidad en América Latina, impulsando el acceso a vehículos y la inclusión financiera. En 2024, el sector automotriz en la región reportó un aumento del 15 % en ventas financiadas, según datos de la industria. Sin embargo, la educación financiera es crucial para evitar el sobreendeudamiento.