Los cuerpos de los 11 militares asesinados en una emboscada en Alto Punino, entre las provincias de Orellana y Napo, fueron entregados a sus familias y trasladados a sus lugares de origen para su velación y sepelio. Los féretros, cubiertos con la bandera nacional, partieron hacia Latacunga, Machala, Quito, Mejía (Pichincha), Píllaro (Tungurahua), Mera (Pastaza), Pimampiro y Antonio Ante (Imbabura).
El ataque, atribuido preliminarmente a los Comandos de la Frontera y Los Lobos, ocurrió durante un operativo contra la minería ilegal.
La ceremonia de despedida fue realizada el domingo 11 de mayo en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro en Quito. El evento reunió a autoridades como el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, el ministro del Interior, John Reimberg, y el comandante del Ejército, Henry Delgado. Loffredo destacó la gravedad del conflicto: «Estamos en guerra, y este ataque es una prueba de los peligros que enfrentan nuestras fuerzas». La Fiscalía General del Estado abrió una investigación por terrorismo, mientras el presidente Daniel Noboa decretó tres días de duelo nacional y nombró héroes nacionales a los fallecidos.
Homenajes en todo el país
Los cuerpos de los militares, pertenecientes a la Brigada de Selva N.º 19 Napo, llegaron a sus destinos con honores. En Pastaza, el cabo primero Jefferson Iván Alvarado Cerda fue recibido en el aeropuerto de Shell. En el lugar estuvieron presentes el gobernador Rolando Ramos, autoridades militares y familiares. La Brigada de Selva N.º 17 Pastaza rindió homenaje al soldado, cuya velación se realiza en Mera.
En Imbabura, el teniente Jorge Alexander Andrade Bastidas, asignado al destacamento de Inteligencia Militar, fue trasladado a Pimampiro. Mientras que el cabo segundo Diego Orlando Lomas Ramírez llegó a Antonio Ante.
Los féretros de los tenientes José Luis Iza Sánchez y los cabos Héctor Marcelo Mullo Bravo, Walter Willian Andrango Toapanta, Víctor Adrián Vera Minga, Anthony Brayan González Canchig, Danilo Javier Caiza Torres, Georvi David Vega Jiménez y el soldado Marion Rodrigo Guamushig Reysancho fueron trasladados a ceremonias solemnes en Latacunga, Machala, Quito, Mejía y Píllaro. Las velaciones se llevan a cabo en coliseos locales.
Emboscada a militares
El ataque ocurrió en el sector selvático de Sardinas, Alto Punino, cuando 80 militares, divididos en cuatro equipos, realizaban un operativo contra campamentos de minería ilegal. La filtración de información desde el ejército es una hipótesis clave, sugiriendo que el poder económico de grupos criminales pudo influir. Aunque el ataque se atribuye a los Comandos de la Frontera, un mensaje no verificado del grupo niega su autoría.
Las Fuerzas Armadas intensificaron operativos en Orellana y Napo, desplegando 1.500 efectivos, incluidas unidades de élite, para capturar a los responsables y evitar su fuga a Colombia. La Fiscalía recolecta evidencias, como armamento y explosivos, para esclarecer el caso. La zona de Alto Punino, conocida por la proliferación de minería ilegal, ha perdido 1.500 hectáreas de bosque desde 2019.
Un país en duelo
El luto nacional ha unido a la ciudadanía en solidaridad con las familias de los militares. Noboa prometió que el crimen «no quedará impune», mientras líderes comunitarios exigen estrategias para combatir la violencia ligada al narcotráfico y la minería ilegal.