Familiares, autoridades y soldados despidieron este domingo 11 de mayo en Quito a los 11 militares asesinados. Los soldados fueron atacados el 9 de mayo en una emboscada en Alto Punino, Orellana, durante un operativo contra la minería ilegal, en un acto que marcó el inicio de un duelo nacional de tres días.
El enfrentamiento ocurrió en Alto Punino, una zona en la cuenca alta del río Punino, ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Orellana, cerca de la frontera con Colombia. En este sector, han proliferado campamentos de minería ilegal de oro, que generan violencia y deforestación. Según el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), desde 2019, esta actividad ha destruido cerca de 1.500 hectáreas de bosques selváticos en la zona.
Misa y honras fúnebres
La ceremonia se realizó en una capilla ardiente instalada en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, en el norte de Quito, a donde los cuerpos fueron trasladados vía aérea desde la Amazonía. La misa, iniciada a las 08:00 del 11 de mayo, reunió a familiares, compañeros de armas y autoridades, incluyendo al ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, quien expresó su respaldo a las familias, garantizando apoyo en vivienda, educación y salud.
El presidente Daniel Noboa decretó tres días de duelo nacional (del 10 al 12 de mayo) y declaró a los militares Héroes Nacionales. El comandante general del Ejército, Henry Delgado, rindió homenaje a los caídos, destacando su lealtad y sacrificio. “Cuando se disponían a destruir la maquinaria, los atacaron por los Comandos de la Frontera, aliados con Los Lobos”, afirmó Delgado. También anunció el refuerzo del área con dos unidades militares adicionales y patrullajes fluviales.
Operativo militar y emboscada
El 9 de mayo, 80 militares de la Brigada de Selva 19 Napo llegaron en helicópteros a varios puntos de Alto Punino para destruir maquinaria utilizada en la minería ilegal. A uno de los cuatro equipos de combate lo emboscaron con explosivos, granadas y fusiles. Allí 11 militares resultaron fallecidos (dos oficiales y nueve soldados de tropa) y un herido. El ataque también causó la muerte de un miembro del grupo armado. El Ejército ecuatoriano atribuyó la acción a los Comandos de la Frontera, un grupo disidente de las extintas FARC. Sin embargo, el grupo negó su responsabilidad en un comunicado cuya autenticidad no se confirmó todavía.
La Fiscalía General del Estado abrió una investigación por terrorismo tras el ataque. Los cuerpos se trasladaron inicialmente a Lago Agrio, Sucumbíos, para su identificación y autopsias. La institución continúa recopilando indicios para esclarecer los hechos, mientras el Plan de Recompensas 131 fue activado para obtener información sobre los responsables.
Tras la misa, los féretros fueron trasladados a las provincias de origen de los militares. Incluyendo Cotopaxi, Imbabura, El Oro, Tungurahua, Zamora Chinchipe, Pichincha y Sucumbíos. La ceremonia cerró con honores militares, marcada por momentos de profundo dolor entre los presentes.
Impacto de la minería ilegal
La minería ilegal en la Amazonía ecuatoriana, especialmente en Napo, Orellana y Morona Santiago, ha intensificado la presencia de grupos armados como Los Lobos y disidencias de las FARC. Estos operan en la frontera con Colombia, una zona de 600 kilómetros donde también se registran actividades de narcotráfico y extorsión. En 2024, la minería ilegal en el río Punino se multiplicó por cuatro, según organizaciones no gubernamentales, agravando la inseguridad en la región.