El movimiento Pachakutik (PK), tercera fuerza política de minoría tras las elecciones de febrero de 2025, llegará fraccionado al nuevo período legislativo que iniciará el 14 de mayo. Una reunión sostenida entre el ministro de Gobierno, José de la Gasca, y siete de los nueve asambleístas electos de PK desató discordias internas, evidenciando tensiones que podrían debilitar su cohesión en la Asamblea Nacional. La asambleísta Mariana Yumbay, una de las voces disidentes, insiste en que no existe un acuerdo oficial con el Gobierno de Daniel Noboa (ADN) y pide respetar las estructuras internas del movimiento.
La reunión con De la Gasca, enfocada en asegurar respaldo para una mayoría legislativa, incluyó discusiones sobre los espacios que PK ocupará en la Asamblea, aunque no se adelantaron nombres para cargos específicos. La primera sesión, donde se elegirá al presidente, dos vicepresidentes y siete vocales del Consejo de Administración Legislativa (CAL), será clave para medir el impacto de estas divisiones.
Fractura interna en Pachakutik
De los nueve asambleístas electos de PK, seis muestran inclinación hacia el proyecto político de ADN: Segundo Manuel Choro (Cañar), Carmen Yolanda Tiupul (Chimborazo), José Fernando Nantipia Chumpi (Morona Santiago), Edmundo Jorge Cerda Tapuy (Napo), José Luis Nango Cuji (Pastaza) y Cecilia Baltazar Yucailla (Tungurahua). Por su parte, Mariana Yumbay (Bolívar), Dina Farinango (Pichincha) y Alex Fabricio Toapanta (Cotopaxi) aún no definen su postura.
Yumbay, quien se mantiene al margen de la línea de sus compañeros, subrayó que las decisiones deben tomarse respetando la institucionalidad de PK. “No hay un acuerdo oficializado. No miento”, afirmó, recordando experiencias pasadas donde asambleístas “se fueron con el mejor postor”. Advirtió que una división podría ser juzgada por los votantes que apoyaron al movimiento.
Llamado a la unidad y críticas al Gobierno
La asambleísta instó a sus colegas a priorizar la unidad y al Gobierno a enfocarse en resolver crisis en sectores como salud y educación, en lugar de intervenir en las estructuras de PK. Aunque evitó hablar de expulsiones, mencionó la existencia de un código de ética y mecanismos de sanción internos. “Espero que no se fracture el movimiento, pero el pueblo juzgará”, señaló.
José Luis Nango, quien participó en la reunión con el Gobierno, defendió el diálogo como un esfuerzo por construir un “nuevo Ecuador”. Yumbay insistió en que cualquier acercamiento debe respetar los procesos internos de PK, que aún no ha decidido candidaturas.
Antecedentes de divisiones en Pachakutik
Las fracturas en PK no son nuevas. En 2022, el movimiento se dividió en un ala “rebelde” de nueve legisladores y un grupo de 17 “orgánicos”. Los rebeldes desconocieron la decisión del consejo político de respaldar a Guadalupe Llori para la presidencia de la Asamblea. Ese mismo año, PK expulsó a Mireya Pazmiño por no apoyar un juicio político contra miembros del Cpccs; actualmente, Pazmiño milita en Revolución Ciudadana.
En 2023, tras las elecciones anticipadas por la “muerte cruzada”, PK llegó con cinco legisladores, pero Fabiola Sanmartín se alineó con ADN. Otro caso fue el de Guisella Molina, quien en 2022 denunció amenazas para votar por la destitución de Guillermo Lasso y luego se apartó del movimiento.
Desafíos para el nuevo período
A pocos días del inicio del período legislativo, la división en Pachakutik plantea interrogantes sobre su capacidad para actuar como bloque unificado. La elección de autoridades en el CAL será un termómetro de las negociaciones internas y externas. Mientras tanto, Yumbay reitera que el diálogo con el Gobierno, aunque existente, no implica un acuerdo formal.
km