En el debate presidencial de marzo 2021 se enmarcó por una interrogante y una exclamación: ¿La banca o el país? y ¡Andrés, no mientas otra vez!
Ganó la retórica de Lasso, no la interrogante de Arauz. Si hubiera respondido Lasso la pregunta de Arauz, quizá ahora no nos estaríamos preguntando: ¿Dónde está el presidente?
El presidente se encuentra ausente, no existe mano firme contra las necesidades de un país que pasó por un terremoto, el gobierno de Moreno y una pandemia.
El presidente está ausente de una sociedad con índices de inseguridad por sobre los umbrales de los países más peligrosos. Un presidente esquivo de la realidad de un país con desnutrición crónica, donde las estadísticas muestran los peores niveles de desempleo.
Un país donde el sistema de seguridad nos da señales de inseguridad. El pequeño país que está ubicado en el número 17 de los países con más biodiversidad del mundo, un país con recursos para salir del atraso, pero con políticos que lo han estancado más de lo debido.
