Sin embargo, desde el 11 de marzo, el hogar dejó de ser seguro para ella, su esposo Diego Chávez, de 26, y sus hijas Josenka, de 5, y Darleska, de 2.
Ahora, el piso se quiebra y una soga verde sostiene las cañas que ceden al vacío.
Diego explicó que compraron el terreno en una ladera por 50 dólares semanales durante un año.
Aun así, el vendedor nunca les dio un documento legal que los ampare.
Además, la casa, de 6×6 metros, alberga perros y pollos que él cuida por 5 dólares a la semana.
El 11 de marzo, un aguacero sacudió la vivienda, y el municipio descartó construir un muro de contención.
En cambio, les prometieron reubicación, pero esta demorará entre seis y ocho meses.
Mientras tanto, pasan el día con familiares y duermen en su casa dañada.
Municipio tiene mapeada las zonas más vulnerables y planea reubicación
Dalton Andrade, director de Riesgo de Manta, reportó que la lluvia del 11 de marzo afectó a 702 familias hasta ahora.
Una de ellas es la casa de Gema que sufre hundimientos por estar ubicada en una zona propensa a movimientos en masa.
Según Andrade, el municipio ya mapeó estas áreas vulnerables con precisión.
Añadió que el caso de Gema ya fue inspeccionado, por lo que se levantó una ficha para incluirla en la asistencia humanitaria de la Secretaría de Riesgos.
El funcionario puntualizó que la alcaldesa Marciana Valdivieso recibió de parte del ministro de Vivienda la noticia de que Manta se beneficiará con la construcción de 50 casas para reubicar a familias afectadas. Las casas estarán en Sí Vivienda.
En Manta, unas 60 mil familias enfrentan riesgos, aunque no todas son igualmente vulnerables, dijo Andrade.
Barrios como Barrios Unidos, 15 de Septiembre y San Juan de Manta figuran entre los más expuestos.
Finalmente, la reubicación avanza, pero la espera sigue siendo un desafío.