La Policía detuvo a dos personas en la ciudadela La Pradera, en Manta, tras decomisar 15 toneladas de aletas de tiburón. Como parte de lo incautado se halló también una cantidad considerable de caballitos de mar en una bodega. El operativo se desarrolló como parte de un operativo contra delitos a la flora y fauna silvestres. La diligencia incluyó cinco allanamientos en los que se encontraron indicios de especies protegidas. Algunas de estas están catalogadas como amenazadas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
La acción, ejecutada en la provincia de Manabí, responde a una investigación sobre actividades ilegales que amenazan la biodiversidad. La diligencia la lideró personal de la Unidad Especializada para la Investigación de Delitos contra el Medio Ambiente y la Naturaleza.
Entre lo incautado destacan las aletas de tiburón, un material sin uso comercial relevante en Ecuador, pero cotizado en mercados asiáticos, especialmente en China. En dicho país un kilogramo puede valer hasta 1.800 dólares. También se decomisaron cuatro vehículos, y las autoridades aún trabajan en determinar la cantidad exacta de material confiscado.
Las aletas de tiburones serán destruidas, según la Ley
La Policía informó que los dos detenidos tienen antecedentes penales. En el operativo participaron funcionarios del Ministerio de Pesca y del Ministerio del Ambiente, quienes colaboraron en la inspección y verificación de las especies halladas. Según las autoridades, la investigación se inició tras detectar movimientos sospechosos relacionados con el tráfico ilegal de fauna marina.
En Ecuador, la pesca dirigida de tiburones está prohibida desde 2007, conforme al Decreto Ejecutivo 486. Esta normativa permite solo la comercialización de tiburones capturados de forma incidental, como los atrapados accidentalmente en redes destinadas a especies como atún o dorado. Además, prohíbe el “aleteo” —cortar las aletas y desechar el cuerpo del animal— y ordena que las aletas decomisadas sean incineradas. Esto tras un proceso legal, sin opción de venta o exportación.
El decomiso de 15 toneladas de aletas evidencia la magnitud del tráfico ilegal en la región. Manabí, con Manta como uno de sus principales puertos pesqueros, es un punto estratégico para este tipo de actividades debido a su acceso al océano Pacífico. Las aletas de tiburón son demandadas en Asia para la elaboración de sopa, un plato tradicional que impulsa un mercado millonario. Esto pese a las restricciones internacionales de CITES, que regula el comercio de especies en peligro.
Existen otros implicados en la red de tráfico de aletas
Las autoridades aún no han precisado el destino exacto del material confiscado ni el monto total de caballitos de mar incautados. Los vehículos decomisados, según la Policía, se utilizaron para el transporte de los productos ilícitos. El caso sigue bajo investigación para identificar a otros posibles involucrados en la red de tráfico.
Este operativo se enmarca en los esfuerzos del Gobierno ecuatoriano por proteger su biodiversidad marina. Es una de las más ricas del mundo gracias a su ubicación en el Pacífico y la influencia de corrientes como la de Humboldt. Sin embargo, el tráfico de fauna silvestre sigue siendo un desafío, alimentado por la demanda externa y la dificultad de controlar las extensas zonas costeras del país.
Tras el decomiso, las aletas y demás especies incautadas quedarán bajo custodia de las autoridades ambientales, a la espera de los procedimientos legales que determinen su destrucción. Los detenidos enfrentarán cargos por delitos contra la flora y fauna silvestres, cuya pena puede incluir prisión y multas, según el Código Orgánico Integral Penal de Ecuador.