La Policía de Hungría ha prohibido una manifestación contra la transfobia y homofobia prevista para el 1 de junio en Budapest, citando como justificación la enmienda constitucional aprobada en abril que prioriza la protección de los menores sobre otros derechos fundamentales, incluidos el de reunión pacífica y la libertad de expresión. La decisión ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos.
Restricción amparada en nueva legislación de Hungría
Cinco organizaciones defensoras de los derechos humanos, entre ellas la Comisión Húngara de Helsinki, estaban detrás de la convocatoria. El acto iba a realizarse en el centro de la capital con motivo del inicio del mes del Orgullo y como respuesta al incremento de discursos discriminatorios contra personas LGTBI.
La policía prohibió la marcha utilizando como fundamento la enmienda constitucional que entró en vigor el pasado abril, la cual establece que el derecho de los menores a su protección física, mental y moral está por encima de cualquier otro derecho fundamental.
La medida es parte de una serie de modificaciones legales impulsadas por el Gobierno del primer ministro Viktor Orbán, que en los últimos años ha promovido políticas conservadoras, especialmente dirigidas contra la comunidad LGTBI.
Acusaciones de aplicación arbitraria
En un comunicado oficial, la Comisión Húngara de Helsinki denunció que la prohibición evidencia una aplicación arbitraria y discriminatoria de la legislación. «El Estado restringe uno de los derechos democráticos más fundamentales: el derecho a la reunión pacífica y a la libertad de expresión«, expresaron.
Las organizaciones convocantes también señalaron la incoherencia de las autoridades, al permitir el pasado 17 de mayo una manifestación similar, a pesar de que la enmienda ya se encontraba vigente. «Esto muestra una falta de consistencia legal y deja en evidencia que el Gobierno solo permite el discurso público que respalda sus intereses», agregaron.
Asimismo, advirtieron que la nueva legislación podría ser utilizada para restringir actividades y opiniones consideradas incómodas para el Ejecutivo, lo cual representa una amenaza directa al ejercicio de los derechos civiles.
Recorte sistemático de derechos LGTBI en Hungría
El Parlamento húngaro aprobó en abril de 2024 una enmienda constitucional que refuerza el binarismo de género, establece que «la madre es mujer y el padre es hombre», y prohíbe cualquier acción que promueva una identidad de género distinta a la asignada al nacer en espacios educativos.
En marzo, el mismo cuerpo legislativo ya había aprobado una medida que prohibía la celebración del desfile del Orgullo en Budapest, justificándose también bajo el argumento de la protección de los menores. Esto estuvo acompañado de restricciones a la difusión de contenidos LGTBI en medios de comunicación y escuelas.
Las decisiones forman parte de una política de endurecimiento de normas sociales en el país, con la justificación de preservar la “familia tradicional”, una de las banderas ideológicas del partido gobernante, Fidesz.
Reacciones y consecuencias internacionales
Diversas organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han condenado las restricciones impuestas por Hungría, calificándolas de «violaciones graves a los derechos humanos».
La Comisión Europea también ha abierto procedimientos contra el Gobierno húngaro por leyes que, según Bruselas, contravienen los principios fundamentales del bloque, como el respeto a los derechos individuales, la no discriminación y el estado de derecho.
A pesar de estas presiones, el Gobierno de Orbán continúa avanzando en su agenda conservadora, con fuerte respaldo legislativo y mediático dentro del país.