La obesidad puede alterar el cerebro y aumentar los niveles de ansiedad, con el intestino jugando un papel clave, según un estudio publicado en Infosalus. Investigadores destacan cómo la microbiota intestinal influye en la salud mental, abriendo nuevas perspectivas para el tratamiento de ambos problemas.
Un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid encontró que la obesidad genera cambios en la microbiota intestinal, lo que afecta la comunicación entre el intestino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro. Estos cambios pueden aumentar los niveles de ansiedad y alterar funciones cognitivas. Los investigadores analizaron datos de 500 participantes entre 18 y 65 años, combinando análisis de microbiota y pruebas de salud mental.
El informe señala que una dieta alta en grasas y azúcares, común en personas con obesidad, desequilibra la microbiota, reduciendo bacterias beneficiosas.
Impacto en la salud mental
La investigación revela que las alteraciones en el cerebro asociadas a la obesidad incluyen inflamación en áreas como el hipocampo, clave para regular emociones. Esto puede incrementar síntomas de ansiedad en un 30% de los casos, según datos preliminares. Los expertos también observaron que los desequilibrios en la microbiota afectan la producción de neurotransmisores como la serotonina, esencial para el bienestar mental.
En 2024, un estudio en Nature Communications ya había sugerido que la microbiota influye en el estado de ánimo, pero el nuevo informe amplía esta conexión al contexto de la obesidad. Los hallazgos son relevantes para el 15% de la población mundial con obesidad, según la OMS.
El rol del intestino
El intestino actúa como un mediador entre la obesidad y los trastornos mentales. La microbiota alterada envía señales al cerebro que pueden exacerbar la ansiedad, mientras que el estrés crónico agrava la inflamación intestinal. “El intestino es como un segundo cerebro”, explicó la doctora Desiree Wanders, coautora del estudio. Los investigadores recomiendan dietas ricas en fibra y probióticos para restaurar el equilibrio microbiano.
La relación entre obesidad y salud mental ha sido estudiada desde principios de los 2000, pero el papel del intestino ha ganado atención reciente. En 2022, un estudio en The Lancet vinculó la obesidad con un mayor riesgo de depresión, pero el enfoque en la microbiota es novedoso. Comparado con investigaciones sobre el impacto de la dieta en el Alzheimer, este estudio amplía el entendimiento del eje intestino-cerebro.
Nuevos caminos para el tratamiento de la obesidad
Los expertos proponen integrar la salud intestinal en el tratamiento de la obesidad y la ansiedad. Ensayos clínicos en 2025 están evaluando probióticos y cambios dietéticos como terapias complementarias. La Organización Panamericana de la Salud subraya que abordar la obesidad requiere enfoques multidisciplinarios, incluyendo la salud mental. El estudio, financiado por el Ministerio de Ciencia de España, marca un avance en la comprensión de cómo la dieta y el intestino influyen en el cerebro.
Desde Madrid, este estudio destaca la importancia de tratar la obesidad no solo como un problema físico, sino también mental. Los investigadores instan a realizar más estudios para confirmar los hallazgos y desarrollar terapias personalizadas. El camino hacia la salud integral empieza en el plato.