El incremento de la violencia y los delitos en zonas urbanas está transformando los hábitos de consumo en Ecuador. Cada vez más ciudadanos optan por el comercio electrónico como una alternativa segura para adquirir bienes, según reconoció la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG). La entidad afirma que el aumento de robos y asaltos ha motivado una migración paulatina de compradores desde el canal físico hacia plataformas digitales.
Aunque ya existía una tendencia creciente hacia el e-commerce, impulsada por la digitalización y la pandemia, la actual ola de inseguridad ha acelerado ese cambio. Lo confirman también actores del sector privado y cifras oficiales que revelan un aumento sostenido en las transacciones online.
Comercio electrónico crece con fuerza en 2024
Según un informe de la Cámara de Comercio de Guayaquil, el uso de plataformas digitales para realizar compras ha tenido un repunte significativo en lo que va del año. “Las personas no solo buscan comodidad, ahora buscan seguridad. Prefieren evitar salir de casa para no exponerse a asaltos”, declaró Miguel Ángel González, presidente de la CCG, en una entrevista.
Las estadísticas respaldan esta percepción. El valor de las ventas digitales en Ecuador creció un 16 % durante el primer trimestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos de la Asociación Ecuatoriana de Comercio Electrónico (AECE).
Zonas conflictivas lideran el cambio de hábito
Guayaquil, Durán, Esmeraldas y otras ciudades afectadas por altos índices delictivos son las que han mostrado el cambio más marcado. Allí, negocios tradicionales han optado por crear tiendas virtuales o reforzar sus ventas a través de redes sociales y aplicaciones de entrega.
En Quito, aunque los niveles de inseguridad son menores, también se ha detectado un aumento en las ventas por internet, especialmente en barrios periféricos. “La percepción de riesgo en espacios públicos está motivando una transformación comercial forzada”, comenta Patricio Alarcón, expresidente de la Cámara de Comercio de Quito.
El impacto del comercio electrónico en negocios y consumidores
Los negocios que han logrado adaptarse al comercio electrónico han experimentado mejoras en ventas, aunque también enfrentan nuevos retos. Entre ellos están los costos logísticos, la inversión en tecnología y la necesidad de generar confianza entre los usuarios.
María Zambrano, ciudadana de Manta, no se muestra convencida de las compras en línea. Manifiesta que no hay suficientes seguridades en las plataformas virtuales, por lo que prefiere ir a los almacenes para adquirir cualquier cosa, desde víveres hasta electrodomésticos. En cambio, Rosario Cedeño, de Portoviejo, dice que las compras en línea ahorran tiempo y dinero en desplazamientos, por lo que son una opción. Sin embargo, menciona que siempre hay que tener cuidado con los sitios en los que se ingresan datos sensibles como números de tarjeta o direcciones.
Beneficios que destacan los consumidores al usar comercio electrónico:
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Menor exposición a robos o asaltos
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Mayor comodidad y ahorro de tiempo
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Acceso a promociones exclusivas en línea
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Posibilidad de comparar precios entre múltiples proveedores
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Compras desde cualquier dispositivo con internet
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Entrega directa al domicilio
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Métodos de pago seguros y diversificados
El Estado impulsa la digitalización comercial
El Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca ha reconocido el crecimiento del e-commerce como una tendencia que debe fortalecerse. En abril de 2024 lanzó una campaña de capacitación para más de 1.000 pequeños emprendedores, con el objetivo de mejorar sus habilidades digitales y fomentar la transición hacia el comercio online.
Por su parte, el Servicio de Rentas Internas (SRI) anunció que el número de RUC vinculados a tiendas virtuales aumentó en un 12 % en el primer cuatrimestre de este año, lo que también refleja un mayor interés formal por operar en este canal.
Inversión tecnológica y educación digital son claves
A pesar del crecimiento del sector, el 43 % de los negocios ecuatorianos todavía no cuenta con canales digitales propios, según la AECE. Esto limita su capacidad de adaptarse a las nuevas demandas de los consumidores.
Expertos consultados coinciden en que es urgente acelerar la alfabetización digital y mejorar la infraestructura tecnológica en zonas rurales y marginales. Sin estas condiciones, el comercio electrónico solo beneficiará a una parte de la población.
Mientras la violencia obliga a los ciudadanos a cambiar sus rutinas y hábitos de consumo, el comercio digital se consolida como una alternativa segura y funcional. La seguridad, antes una ventaja secundaria del e-commerce, se ha convertido en uno de sus principales atractivos.