La guerra arancelaria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, iniciada hace cinco meses con México, se ha extendido a más de 50 países, generando tensiones comerciales globales y afectando economías de América Latina, Asia y Europa. Las medidas, justificadas por la Casa Blanca como una estrategia para reducir el déficit comercial y proteger la industria estadounidense, han provocado represalias arancelarias y un clima de incertidumbre en los mercados internacionales.

El conflicto comenzó en febrero de 2025, cuando Trump impuso un arancel del 25% a las importaciones mexicanas, seguido de tarifas similares a Canadá y un gravamen del 10% a China. Desde entonces, las políticas proteccionistas se han intensificado, alcanzando un punto crítico el 2 de abril, denominado por Trump como el “Día de la Liberación”, con la aplicación de un arancel universal del 10% y tarifas recíprocas de hasta 145% contra China. Actualmente, países como Japón, Vietnam, Tailandia, la Unión Europea y varias naciones latinoamericanas enfrentan gravámenes que oscilan entre el 10% y el 54%, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.

Impacto en el comercio global

La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima que los aranceles han causado una contracción del 1% en el comercio mundial, con sectores como la automoción, el acero y la agroindustria entre los más afectados. México, principal socio comercial de Estados Unidos, ha visto gravadas más del 50% de sus exportaciones, especialmente vehículos y acero, aunque los bienes que cumplen con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) están exentos. Canadá y México han respondido con aranceles propios, valorados en miles de millones de dólares. Mientas tanto, la Unión Europea implementó represalias por 26,000 millones de euros contra productos estadounidenses como bourbon y motocicletas.

demás, países como Brasil, Colombia y Perú enfrentan tarifas del 10% en sus exportaciones a Estados Unidos, lo que ha generado preocupación por la pérdida de competitividad. En Asia, Vietnam y Tailandia, con aranceles del 46% y 36% respectivamente, han reportado caídas en sus envíos de manufacturas. China, el país más castigado, ha retaliado con gravámenes de hasta 125% sobre bienes estadounidenses, paralizando gran parte del comercio bilateral.

Consecuencias económicas y negociaciones

La guerra arancelaria ha desestabilizado los mercados financieros, con caídas en Wall Street y bolsas asiáticas como el Nikkei. Este último perdió un 11% en una semana. Analistas de Moody’s calculan que México podría entrar en recesión en 2025, con una contracción económica de hasta el 4% si los aranceles persisten. En contraste, México ha ganado una ventaja relativa frente a competidores asiáticos, según Banamex, al quedar exento de algunas tarifas recíprocas.

En abril, Trump anunció una pausa de 90 días en los aranceles para negociar acuerdos comerciales. Sin embargo, hasta junio de 2025, solo se han alcanzado compromisos preliminares con países como India y Japón. La Casa Blanca insiste en que las tarifas generarán ingresos significativos. 

Perspectivas y desafíos

La comunidad internacional busca soluciones negociadas para evitar una escalada mayor. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha priorizado el diálogo, mientras la Unión Europea explora medidas de emergencia para proteger sus industrias. Sin embargo, la retórica de Trump, que incluye amenazas de nuevos gravámenes a sectores como el petróleo y los semiconductores, mantiene la incertidumbre.

Economistas advierten que una guerra comercial prolongada podría desencadenar una recesión global, afectando el empleo, la inversión y el consumo. Mientras tanto, los países afectados evalúan estrategias para diversificar mercados y reducir su dependencia del comercio con Estados Unidos, en un contexto de creciente proteccionismo