Entre 1992 y 1999, Luis Alfredo Garavito Cubillos, conocido como ‘La Bestia’, asesinó, violó y torturó a más de 190 niños en al menos 11 departamentos de Colombia. Arrestado en Villavicencio en abril de 1999, su confesión reveló una de las peores series de crímenes en la historia del país, exponiendo la vulnerabilidad de menores en situación de pobreza.
Luis Alfredo Garavito, nacido el 25 de enero de 1957 en Génova, Quindío, se convirtió en el peor asesino en serie de Colombia. Durante más de una década, recorrió el país haciéndose pasar por monje, vendedor ambulante o voluntario de falsas fundaciones benéficas para ganarse la confianza de niños varones, generalmente entre 6 y 16 años, en situación de calle o pobreza extrema. Se lo apodó ‘La Bestia’.
Un depredador entre las sombras
Los crímenes de ‘La Bestia’, caracterizados por una crueldad extrema, incluyeron torturas, abusos sexuales y asesinatos con cortes en el cuello o mutilaciones. Las autoridades forenses estiman que el número real de víctimas podría superar las 200, aunque solo se confirmaron 192 debido a la dificultad para identificar restos en fosas comunes.
Durante los interrogatorios, mostró una disposición inusual para colaborar, guiando a las autoridades a decenas de fosas donde yacían los restos de sus víctimas. Esta colaboración de ‘La Bestia’, sumada a su comportamiento en prisión, le permitió una reducción de su condena inicial de 1.853 años a 22 años, un hecho que desató indignación en la sociedad colombiana.
Una infancia marcada por el horror
Garavito creció en un entorno de pobreza y violencia. Fue el mayor de siete hijos en una familia disfuncional, donde sufrió abusos físicos y psicológicos. A los 12 años, fue víctima de abusos sexuales por parte de un vecino y, posteriormente, de un conocido de su padre. Según perfiles criminológicos, estas experiencias moldearon una visión distorsionada de la sexualidad y alimentaron un trastorno antisocial con rasgos psicopáticos en la ‘La Bestia’.
El criminólogo Jesús Herranz-Bellido, en un análisis de 2001, señaló que Garavito obtuvo 32 puntos en la escala de psicopatía de Hare (PCL-R), indicando una psicopatía severa caracterizada por manipulación, impulsividad y ausencia de empatía en la ‘La Bestia’.
El método de un asesino
El modus operandi de Garavito era meticuloso y aterrador. Seleccionaba a sus víctimas en zonas marginales, aprovechando la falta de supervisión estatal. Se presentaba como una figura de confianza, ofreciendo comida, dinero o promesas de ayuda. Una vez que lograba llevar a los niños a zonas despobladas, los ataba, abusaba de ellos y los asesinaba con extrema violencia.
En 1999, tras su captura, la Policía Nacional y el Instituto Nacional de Medicina Legal trabajaron arduamente para reconstruir la cronología de los asesinatos de la ‘La Bestia’. Según el informe oficial de la Fiscalía, Garavito operó en departamentos como Valle del Cauca, Meta, Boyacá y Antioquia, entre otros. Su capacidad para moverse sin ser detectado evidenció fallas en la coordinación policial y la protección de menores en zonas rurales.
Impacto y controversia judicial
La confesión de Garavito, aunque ayudó a cerrar decenas de casos, generó un profundo rechazo social debido a la reducción de su condena. En 2001, fue sentenciado a 1.853 años de prisión, pero la legislación colombiana, que limita las penas a un máximo de 40 años, permitió que en 2018 se le redujera a 22 años por buena conducta y colaboración.
Organizaciones de derechos humanos, como la Fundación Gilma Jiménez, denunciaron esta decisión, argumentando que no reflejaba la gravedad de los crímenes. “Es una afrenta a las víctimas y sus familias que un criminal de esta magnitud pueda beneficiarse de reducciones”, declaró en 2019 Clara Inés Rojas, activista por los derechos de los menores. La indignación creció ante rumores de una posible liberación en 2021, aunque la ‘La Bestia’permaneció en prisión hasta su muerte.
Un legado de fallas sistémicas
El caso Garavito expuso profundas deficiencias en el sistema de protección infantil en Colombia. Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), en la década de 1990, cerca del 40% de los niños en zonas rurales vivía en condiciones de pobreza extrema, lo que los hacía vulnerables a depredadores como la ‘La Bestia’.
El caso también impulsó reformas legales, como la Ley 2098 de 2020, que estableció la cadena perpetua revisable para delitos graves contra menores, aunque no se aplicó retroactivamente a Garavito alias la ‘La Bestia’.
El fin de ‘La Bestia’
Luis Alfredo Garavito, ‘La Bestia’, murió el 12 de octubre de 2023 en una clínica de Valledupar, a los 66 años, bajo custodia penitenciaria. Su deceso, causado por un cáncer terminal de esófago y leucemia linfática crónica, cerró un capítulo doloroso en la historia de Colombia.
Las autoridades confirmaron que no hubo honores ni ceremonias, y su cuerpo fue cremado bajo estrictas medidas de seguridad. “Con la muerte de Garavito no se cierra el dolor de las familias. La justicia debe garantizar que casos así no se repitan”, afirmó en un comunicado la Fiscalía General de la Nación tras su fallecimiento. (27)