El Papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, y el cardenal Kevin Farrell ha asumido el cargo de camarlengo de la Santa Iglesia Romana, liderando la administración del Vaticano hasta la elección de un nuevo pontífice. Nombrado por el Papa Francisco en 2019, Farrell es responsable de gestionar los asuntos temporales de la Santa Sede durante este periodo interino.
¿Quién es Kevin Farrell?
Kevin Joseph Farrell, nacido en 1947 en Dublín, Irlanda, es un cardenal de la Iglesia Católica. Ordenado sacerdote en 1978, desempeñó funciones en México y Estados Unidos antes de ser nombrado obispo de Washington en 2001 por el Papa Juan Pablo II. En 2016, el Papa Francisco lo designó prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Tres años después, asumió el cargo de camarlengo, sucediendo al cardenal Jean-Louis Tauran.
Funciones del camarlengo
Como camarlengo, Farrell tiene la responsabilidad de administrar los bienes y derechos temporales de la Santa Sede durante la sede vacante. Entre sus tareas se incluyen verificar oficialmente el fallecimiento del Papa, sellar sus aposentos, preparar el funeral y organizar el cónclave para la elección del nuevo pontífice.
El cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, confirmó oficialmente el fallecimiento del Papa Francisco hoy, marcando el inicio de un solemne período de transición en la Iglesia católica. El Papa falleció a los 88 años tras una serie de complicaciones de salud, como neumonía e insuficiencia respiratoria.
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, dijo Farrell.
Junto a Farrell estaban el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el arzobispo Edgar Peña Parra, jefe de gabinete del Vaticano, y el arzobispo Diego Ravelli, maestro de ceremonias litúrgicas.
Nombramiento como camarlengo
El nombramiento de Farrell como camarlengo se produce en un momento de transición para la Iglesia Católica. Durante este periodo, el cardenal desempeñará un papel crucial en la gestión del Vaticano y en la preparación para la elección del próximo Papa. Su liderazgo será fundamental para garantizar la continuidad administrativa y espiritual de la Santa Sede.