Ken Smith, un inglés de 66 años, ha vivido durante cuatro décadas en una cabaña improvisada junto a un lago en las tierras altas de Escocia. No cuenta con electricidad, internet ni vecinos. Él decidió cambiar su vida luego de un accidente que lo dejó en coma. Ken Smith, originario de Derbyshire, Inglaterra, ha hecho de la soledad su estilo de vida desde hace 40 años. A los 26 años, un accidente de tránsito lo dejó en coma durante varias semanas.
Aquel trágico suceso marcó un antes y un después en su vida. Al despertar, Smith decidió que no quería continuar con la existencia que llevaba. Así comenzó un viaje a pie por varios países de Europa, hasta que encontró un lugar remoto en las tierras altas de Escocia. Eso era ideal para la tranquilidad que buscaba. En ese paraje aislado, sin carreteras cercanas ni presencia humana, Smith construyó con sus propias manos una cabaña junto a un lago.
Ken Smith suele recibir alimentos y visitas
Sin acceso a electricidad ni internet, su vida depende de lo que la naturaleza le proporciona. Se alimenta de lo que cultiva, recolecta o pesca, complementando su dieta con provisiones que, en ocasiones, le dejan visitantes esporádicos. “En este lugar no me siento solo, me siento libre”, afirmó Smith en una entrevista. El lugar, desprovisto de ruidos urbanos y tecnología, le permite vivir en armonía con el entorno.
Aunque su rutina es austera, Smith recibe visitas ocasionales de personas que, intrigadas por su historia, llegan para dejarle alimentos o compartir unas horas de conversación. Sin embargo, estas interacciones son breves y poco frecuentes, ya que su elección de vida prioriza el aislamiento. El contexto de su decisión refleja una búsqueda de simplicidad en un mundo cada vez más conectado.
Inviernos fríos y húmedos predominan en Escocia
Nacido en 1959, Ken Smith creció en una época de cambios sociales, pero su experiencia cercana a la muerte lo llevó a rechazar las comodidades. Su historia ha captado la atención de medios internacionales, que lo presentan como un ejemplo de resiliencia y autosuficiencia. Vivir en un entorno tan extremo no está exento de desafíos. Las condiciones climáticas de las tierras altas escocesas, con inviernos fríos y húmedos, exigen una preparación constante.
A pesar de ello, Smith ha adaptado su cabaña y sus hábitos para sobrevivir, utilizando técnicas tradicionales para conservar alimentos y mantener el refugio. A sus 66 años, Ken Smith no muestra intenciones de abandonar su hogar en la naturaleza. Su vida, despojada de lujos, es un testimonio de su filosofía: la libertad se encuentra en la simplicidad y la conexión con la tierra. Su historia inspira a quienes buscan alternativas a la vida moderna.