En la mañana del 20 de junio de 2025, el cielo de Teherán se iluminó con explosiones tras un nuevo bombardeo israelí, parte de la Operación León Creciente, que apuntó a instalaciones nucleares y bases militares iraníes.
Este ataque, el más audaz desde el inicio de la escalada directa entre ambos países, dejó un saldo de al menos 50 víctimas, incluyendo civiles y altos mandos del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica.
Escalada Militar sin Precedentes
En respuesta, Irán lanzó una andanada de misiles balísticos y drones hacia Tel Aviv y Jerusalén, causando daños significativos en infraestructura y al menos 20 muertos. Esta confrontación abierta marca el fin de la llamada “guerra en la sombra” que durante años caracterizó la rivalidad entre Israel e Irán, alimentada por operaciones encubiertas, ciberataques y asesinatos selectivos.
La raíz del conflicto actual se encuentra en el programa nuclear iraní, percibido por Israel como una amenaza existencial.
Alianzas y Reacciones Globales
Pero este conflicto entre Irán e Israel ha escalado significativamente en 2025, convirtiéndose en una de las principales fuentes de inestabilidad en Medio Oriente.
A continuación, se presentan cinco claves para entender las tensiones y el conflicto armado reciente:
1. Raíces históricas y geopolíticas: La rivalidad entre Irán e Israel se intensificó tras la Revolución Islámica de 1979, cuando Irán, bajo el liderazgo del ayatolá Jomeini, rompió relaciones con Israel y adoptó una postura antiisraelí. Considerando a Israel el “pequeño Satán” aliado de Estados Unidos. Antes de 1979, ambos países mantenían relaciones cordiales bajo la monarquía Pahlaví. Desde entonces, Irán ha apoyado grupos como Hezbolá y Hamás, mientras Israel acusa a Irán de financiar el terrorismo y buscar armas nucleares, lo que considera una amenaza existencial.
2. Programa nuclear iraní como detonante: El programa nuclear de Irán es un punto central del conflicto. Israel ha llevado a cabo ataques contra instalaciones nucleares iraníes, como Fordow y Arak, para frenar su capacidad de desarrollar armas nucleares. En junio de 2025, Israel lanzó la Operación León Creciente, atacando objetivos estratégicos en Irán, incluyendo instalaciones nucleares y militares, con el objetivo de neutralizar esta amenaza. Irán ha respondido con misiles y drones contra ciudades israelíes como Tel Aviv.
3. Guerra en la sombra y escalada abierta: Durante años, el conflicto se mantuvo como una “guerra en la sombra” con operaciones encubiertas, como asesinatos de científicos nucleares iraníes atribuidos a Israel y ataques a buques en el Golfo de Omán. Sin embargo, en 2025, la confrontación se ha vuelto directa, con bombardeos israelíes en Teherán y respuestas iraníes con misiles. Esta escalada ha causado víctimas civiles y militares, incluyendo la muerte de altos mandos iraníes como Hosein Salami y Ali Shadmani.
4. Alianzas y el Eje de la Resistencia: Irán lidera el “Eje de la Resistencia”, una alianza con Siria, Hezbolá y grupos palestinos, que busca contrarrestar la influencia de Israel y Estados Unidos en la región. Israel, por su parte, ha apoyado a grupos opositores en Siria y a facciones kurdas en Irak e Irán para debilitar la influencia iraní. Estas alianzas amplifican el conflicto, con Siria como un campo de batalla clave donde Israel ha bombardeado posiciones iraníes.
5. Impacto regional y reacciones internacionales: La escalada ha generado preocupación global por una posible guerra regional.
Países europeos intentan mediar para volver a la diplomacia nuclear, mientras que Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, evalúa unirse a los ataques israelíes, lo que podría intensificar el conflicto.
Rusia ha pedido contención, y Turquía se ha ofrecido como mediador.
La violencia ha causado evacuaciones masivas, como la de ciudadanos chinos desde Israel, y ha elevado los precios del petróleo, afectando la economía global.
En resumen, la tensión Irán-Israel combina rivalidades históricas, ambiciones nucleares, alianzas regionales y una escalada militar sin precedentes en 2025, con graves implicaciones para Medio Oriente y el mundo. La comunidad internacional sigue buscando contención, pero la situación permanece volátil.