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Sobrevivientes, dignatarios y familiares de las víctimas conmemorarán este lunes el peor ataque terrorista en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001.

Cuatro aviones, dos de American Airlines y dos de United Airlines, fueron secuestrados por 19 terroristas del grupo Al Qaeda.

A las 8h46 de la mañana (hora local) impactó el primer avión en la Torre Norte del World Trade Center de Nueva York.

Minutos más tarde, otra aeronave impactaría en la Torre Sur, uno en el Pentágono, en Arlington, Virginia, en las afueras de Washington, D.C. Y otro cayó en un campo en Shanksville, en Pensilvania.

“Esa amenaza terrorista fue muy bien programada por ellos mismos (los terroristas)”, explica Nelson Barbosa, un agente retirado del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés), que estuvo de servicio en la agencia desde 1990 a 2014.

En total, fallecieron 3.017 personas y más de 6.000 resultaron heridas. Más de dos décadas después de estos ataques, aproximadamente el 60 % de las víctimas han sido identificadas, de acuerdo con los datos facilitados por la oficina forense.

En un día que quedó marcado en la memoria colectiva de la humanidad, el mundo presenció un evento que cambió su curso de manera irreversible.

Qué cambió en Estados Unidos y el mundo

Los ataques terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono en Washington D.C. no solo cobraron innumerables vidas, sino que también tuvieron un impacto en la política internacional, la seguridad global y la psicología de las naciones.

Cada año, el 11 de septiembre se conmemora en todo el mundo en memoria de las víctimas.

Se realizan ceremonias, se encienden velas y se leen los nombres de los fallecidos.

Este día se ha convertido en un recordatorio de la resiliencia humana frente a la adversidad y un homenaje a aquellos que perdieron sus vidas.