El curso universitario ha comenzado este lunes en Afganistán con una novedad consecuencia de la toma del poder por parte de los talibán: ahora los hombres y las mujeres estarán separadas por una cortina que divide cada clase.

Las fotografías tomadas en la Universidad Ibn e Sina de Kabul muestran a mujeres y hombres separados por una tela y confirman en cualquier caso la promesa de los talibán de permitir que las mujeres continúen estudiando, incluso a nivel universitario.

La situación contrasta con la vigente entre 1996 y 2001, en el anterior gobierno talibán, cuando las mujeres tenían prohibido estudiar a cualquier nivel e incluso trabajar. En 2017, con el anterior gobierno prooccidental, Human Rights Watch denunciaba que dos tercios de las niñas no iban al colegio.

Un portavoz talibán, Suhail Sahín, aseguró en agosto en declaraciones a la cadena británica Sky News que “miles” de centros educativos continúan funcionando.

Este lunes, el principal portavoz talibán, Zabihulá Muyahid, ha asegurado en rueda de prensa que “las mujeres son una parte importante de nuestra sociedad” y ha insistido en que se respetarán los derechos de las mujeres conforme a la ‘sharia’ o ley islámica.

La ‘sharia’ no impone expresamente la segregación de las mujeres de los hombres que no sean familiares cercanos, pero sí es una costumbre de la conservadora comunidad pashtún, etnia mayoritaria en Afganistán, que separa a hombres de mujeres en cuanto las últimas alcanzan la pubertad.

Este mismo lunes las mujeres afganas han salido una vez más a las calles, esta vez en Mazar i Sharif, en la provincia de Balj, para exigir a los talibán protección para los derechos humanos fundamentales de las mujeres.

Las fotografías difundidas muestran a mujeres con pancartas. Fuentes locales aseguran que pedían que se les permitiera seguir con su educación y que se las tenga en cuenta en un futuro gobierno talibán.