La expresidenta transitoria de Bolivia Jeanine Áñez manifestó este martes que ya “no quiere vivir”, dos días después de haberse generado lesiones en los brazos y en una jornada en la que la administración penitenciaria la sacó del penal en que está recluida para hacerle nuevas pruebas médicas.
“Ya no quiero vivir. Mis hijos necesitan hacer su vida. Ya no quiero más medicamentos que no sé cuáles son. Pido por favor a mis carceleros que me digan qué estoy tomando”, señala un mensaje de Áñez difundido en sus redes sociales.
La publicación está acompañada de un texto que indica que la exmandataria se encuentra “muy débil” y que está sufriendo de “forma permanente” ya que cada 10 minutos alguien ingresa a su celda “no se sabe a qué” y eso le tiene viviendo en “alerta”.
“Vive en alerta, angustiada, sin descanso porque desconoce qué le van a hacer. Si sedarla, envenenarla o trasladarla a un rumbo desconocido”, reza el mensaje.
Esta semana Carolina Ribera, hija de Áñez, pidió tener acceso al historial médico de su madre, ya que indicó que desconoce el tratamiento que le están realizando, si bien el Régimen Penitenciario sostuvo que no se le niega a nadie ese documento y que la joven participó en una junta médica.
El sábado el Ministerio de Gobierno informó que Áñez intentó generarse “autolesiones” que calificó de “rasguños” y sostuvo que la expresidenta interina estaba estable.
Por su parte, la defensa de la exmandataria precisó que Áñez se hizo esas lesiones con un clip y que sus heridas necesitaron suturas.
Tras el incidente expresidentes, autoridades locales y organismos internacionales como la Unión Europea y la Embajada de Estados Unidos expresaron su preocupación por la salud de Áñez.
Además, varios pedían que le permitan defenderse en libertad ante su situación, ya que ella sufre de hipertensión arterial y síndrome ansioso depresivo.
PRUEBAS MÉDICAS
Áñez, que está recluida desde marzo en una cárcel de mujeres en La Paz, fue llevada a un centro médico privado para someterse a una tomografía neurológica.
“Esto va a determinar si hay lesiones en los músculos o los nervios” señaló a los medios Mónica Molina, la médico encargada del estudio.
La exmandataria subió las gradas del lugar con dificultad y con la ayuda de sus dos hijos en medio de un fuerte resguardo policial.
Luego de someterse a esa prueba, fue llevada de vuelta a la cárcel en una ambulancia.
Áñez salió del penal este mes unas tres veces para someterse a distintas valoraciones clínicas.
Su familia asegura que ella está débil, mientras que el Gobierno sostiene que está “estable” y apta para cumplir su detención preventiva.
PROTESTAS EN LA CÁRCEL
Una decena de reclusas de la cárcel donde Áñez está detenida se manifestó este martes para exigir un trato igualitario y denunciar supuestos “privilegios” de la exmandataria, una versión que es secundada por las autoridades para negar que sus derechos están siendo vulnerados.
El ministro de Gobierno (Interior), Eduardo del Castillo, aseguró que se “resguardan” los derechos de la exmandataria, pero insistió en que tiene “privilegios” frente a otras privadas de libertad.
Por eso anunció que se trabaja “una iniciativa legislativa” para “transformar las cárceles”.
“No vamos a permitir que algunas personas tengan privilegios y otras que ni siquiera se estén garantizando el cumplimiento de todos sus derechos”, subrayó Del Castillo.
En tanto, Ribera publicó unas fotografías en sus redes sociales para mostrar la celda de su madre.
“Una cama, una mesa, dos sillas, una pequeña radio y un lavamanos. Esos son los ‘lujos’ de mi madre”, escribió la joven.
Áñez está detenida preventivamente desde marzo por el caso denominado “golpe de Estado” basado en denuncias de supuesta conspiración, sedición y terrorismo durante la crisis política y social de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
Por el caso “golpe de Estado”, que se investiga a instancias del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), también están en detención preventiva dos exministros de Áñez y varios exjefes policiales y militares. EFE