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Islam Hussein dio a luz a su bebé horas después de haber perdido a otro hijo en un bombardeo israelí en Gaza.

Le faltaban 10 días para salir de cuentas y recuerda que estaba desayunando con su familia cuando las fuerzas aéreas de Israel atacaron “la casa de al lado”.

El techo de la suya también se derrumbó. Quedó atrapada y cuando la llevaron a un hospital le hicieron una ecografía y al encontrar que el pulso del feto era débil, le practicaron una cesárea de urgencia y el bebé sobrevivió.

Hussein es una de las 50.000 gestantes que el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula que vivían en Gaza cuando el pasado 7 de octubre Hamás atacó Israel y el Gobierno de Benjamín Netanyahu respondió con una campaña diaria de bombardeos contra la Franja. Unas 5.500 mujeres, según los cálculos del fondo de la ONU, darán a luz a lo largo de este mes, lo que suponen más de 180 nacimientos cada día, señala una nota de El País de España.

“Las embarazadas de Gaza no tienen adónde ir”, denuncia en conversación telefónica Dominic Allen, representante de la UNFPA para Palestina.

Muchas no logran llegar a los hospitales por los bombardeos constantes “y tienen que dar a luz en casa, con los consejos por teléfono de médicos”, siempre que la línea telefónica funcione.

Las que consiguen llegar a un centro sanitario están siendo enviadas “tres horas después del parto” a sus casas para dejar espacio a otras mujeres o a heridos.

Cesáreas sin anestesia

Sin comida, agua limpia, electricidad o combustible que mantenga en funcionamiento las incubadoras y las unidades de cuidados intensivos, y con un sistema sanitario “maltrecho y al borde del colapso”, que ha obligado a doctores a “tener que trabajar sin anestesia”, ni las madres ni los recién nacidos reciben la asistencia que necesitan, condena Allen.

Allen asegura que ya se están realizando cesáreas sin anestesia en Gaza.

“Es impensable y terrible lo que debe ser para una mujer sufrir una cesárea en estas condiciones”, lamenta la trabajadora de MSF, que recuerda que en la Franja, desde hace días, “se hacen operaciones en pasillos, sin luz y en condiciones desesperadas”.

Una cesárea “es una operación en la que se corta la piel, el músculo y el útero de la mujer y, sin anestesia o medicinas, se tiene que hacer con lo que se puede para salvar la vida de estas mujeres y estos niños”, a veces con tan solo anestésico local para la piel, explica Raquel Vives, experta en salud sexual y reproductiva en España.

Aunque no hay datos de abortos ni de nacimientos prematuros, Allen asegura que “han aumentado” los embarazos que no llegan a término.