Más de 300 especies están amenazadas por el tráfico ilegal de fauna silvestre en Perú, donde cada año se decomisan más de 5.000 especímenes por actividades ilícitas que ponen en riesgo la biodiversidad del país, reconocido por albergar más del 70 % de la diversidad biológica del planeta.
Así lo alertó este miércoles el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, que difundió a través de un comunicado datos y reflexiones de un taller virtual que organizó el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y congregó a más de 50 expertos y cerca de 20 autoridades regionales del país para intercambiar conocimientos y afianzar compromisos en favor de la protección de la fauna silvestre.
La cartera recordó que, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Perú es uno de los países megadiversos del mundo, pero “lamentablemente, esta biodiversidad viene siendo afectada por actividades ilícitas como el tráfico ilegal de fauna silvestre, que pone en situación de amenaza a más de 300 especies en nuestro territorio”.
Durante el encuentro virtual, la responsable de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor, Jessica Gálvez-Durand, señaló que anualmente en Perú se decomisan más de 5.000 especies de fauna silvestre.
La médica veterinaria resaltó, además, la importancia de tomar conciencia del peligro sanitario que puede generar el comercio ilegal o tráfico de estos animales, un delito que incrementa el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, tal y como lo advierte la Organización Mundial de la Sanidad Animal (OIE).
“Ahora mismo estamos padeciendo una consecuencia, la pandemia (del coronavirus), que afecta a los seres humanos, y no es la primera vez que ocurre, pero tenemos que despertar”, aseveró Gálvez-Durand.
Jaguar en el punto de mira. Uno de los casos abordados en este taller virtual fue el del jaguar, el felino más grande de América que, pese a no estar en vías de extinción, es considerada una “especie casi amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Los expertos estiman que, en el último siglo, este carnívoro ha perdido aproximadamente el 50 % de su rango de distribución, siendo el Perú el país que alberga su segunda mayor población, solo por detrás de Brasil.
Más allá de los incendios, la deforestación y destrucción de su hábitat, el jaguar en Sudamérica también es abatido por la caza furtiva, asociada tanto al conflicto de convivencia con poblaciones humanas como a la comercialización de sus partes, especialmente su piel y sus colmillos, que van al mercado asiático, donde se le atribuyen propiedades afrodisíacas.
En este sentido, el especialista en investigación de fauna Serfor Víctor Vargas destacó el rol que desempeña el tráfico ilegal sobre el efecto conocido como “bosques vacíos”, hábitats donde ya no se cuenta con la presencia de mamíferos mayores como el jaguar.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, en el país andino se han decomisado en la última década alrededor de 110 especímenes de otorongo, el nombre favorito de este animal en tierras peruanas, donde su peso oscila entre los 40 y los 90 kilos, un rango sustancialmente inferior a las especies que habitan en Brasil, que pueden alcanzar los 150 kilos.
Frente a este escenario, la cartera subrayó la importancia de promover espacios de articulación entre autoridades nacionales e internacionales para colocar en agenda los acuerdos y compromisos contraídos en esta materia con los países vecinos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Chile.