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Un nuevo estudio de la Universidad George Washington muestra que el suelo congelado se está hundiendo a un ritmo alarmante en las regiones frías de gran altitud y latitud del Ártico.

El estudio, basado en diversos datos de regiones de América del Norte y Eurasia, descubrió que el hundimiento por descongelación es generalizado.

Este se produce a un ritmo cada vez más rápido, con graves consecuencias, como alteraciones del ecosistema, la infraestructura y el paisaje, dice la universidad.

Además, los incendios forestales y las actividades humanas como la construcción aceleran este proceso, según el estudio.

Los autores del estudio indican que se necesita urgentemente un seguimiento más generalizado y sistemático del hundimiento por descongelación.

El estudio se publicó en Environmental Research Letters.

Las regiones frías de gran altitud y latitud se ven afectadas por el calentamiento climático y la degradación del permafrost.

Una de las principales preocupaciones asociadas con la degradación del permafrost es la subsidencia del deshielo (TS) debido al derretimiento del exceso de hielo del suelo y la consolidación asociada del deshielo.

Las observaciones de campo, la teledetección y el modelado numérico se utilizan para medir y estimar la extensión y las tasas de TS en amplias escalas espaciales y temporales.

La síntesis de datos incluida en la nueva investigación de diversas regiones de permafrost de América del Norte y Eurasia confirma la existencia de TS generalizada en todo el dominio del permafrost panártico con tasas de hasta 2 cm año en las áreas con bajo contenido de hielo y más de 3 cm año en regiones con permafrost rico en hielo.

Las áreas con actividades humanas o áreas afectadas por incendios forestales exhibieron tasas de subsidencia más altas.

Los cambios climáticos en el Ártico

Los hallazgos sugieren que los paisajes de permafrost están experimentando cambios geomorfológicos que están afectando la hidrología, los ecosistemas y la infraestructura humana.

Se necesita urgentemente desarrollar un sistema sistemático de monitoreo de la temperatura superficial del mar. Esto para lograr un intercambio de datos consistente y continuo entre las diferentes regiones de permafrost, según el estudio.

La integración de observaciones de campo coordinadas, teledetección y modelado de la temperatura superficial del mar en una variedad de escalas contribuiría a una mejor comprensión de los entornos de permafrost que cambian rápidamente y las reacciones climáticas resultantes, añaden los autores.