El Gobierno de Cuba admitió que el país atraviesa una de sus peores crisis energéticas y prometió medidas de ahorro en el ámbito estatal.
Esto con el fin de contener en la medida de lo posible los cortes de suministro en los hogares, después de una drástica caída del nivel de producción.
La Unión Eléctrica cubana indicó esta semana en sus informes picos de déficit de energía que superan los 1.600 megavatios, prácticamente la mitad del total de la demanda de los consumidores.
La situación llegó a tal punto que el primer ministro, Roberto Marrero, brindó un mensaje a la nación para dar cuenta de la preocupación del Gobierno por unas carencias que atribuye principalmente a la falta de combustible.
A esto se sumarían al mal estado de la infraestructura y al progresivo aumento de la demanda, según medios oficiales.
Marrero anunció que el Ejecutivo buscará a medio plazo recuperar las centrales termoeléctricas, favorecer la energía renovable y aumentar la producción interna de crudo. Pero a corto asumió que son necesarias medidas que permitan al menos superar el déficit actual entre las necesidades de consumo y la capacidad de generación de electricidad.
Este plan inmediato pasa por tratar de atajar la demanda estatal, por ejemplo suspendiendo clases y actividades culturales y de ocio en toda Cuba.
La Unión Eléctrica también anunció en redes sociales que, en líneas generales, “se suspenden todos los servicios que no resulten vitales y que generen gastos de energía“. Mientras que sólo el “personal indispensable” estará en los centros de trabajo.