Con gritos de “¡libertad!”, “¡no más muertes!” e “¡intervención militar!”, unos doscientos cubanos hicieron retumbar este sábado la Casa Blanca en una protesta destinada a pedir al presidente estadounidense, Joe Biden, acciones más duras contra el Gobierno cubano.
Una mayoría de manifestantes, además, llegó a pedir al mandatario, a la ONU, a la OTAN y a los países de la Organización de Estados Americanos (OEA) que intervengan militarmente en la isla para ayudar a los miles de cubanos que se manifestaron el pasado domingo.
Frente a la Casa Blanca, colocaron varias grandes pancartas. Una de ellas, tendida en el suelo, decía en inglés “EE.UU.+ONU INTERVENCIÓN”, mientras que otro cartel lucía el lema “SOS Cuba” con letras negras sobre un fondo blanco, en el que había estampadas manos con pintura azul y roja.
“Biden tiene que hacer una intervención militar ya, eso es lo que nos hace falta”, dijo a Efe Abel Sánchez, de 32 años.
“Lo que nos hace falta -insistió- es una intervención automática, ya, inmediata. A nosotros no nos hace falta comida, no nos hace falta nada. A nosotros lo que nos hace falta es libertad, que es por lo que lucha el pueblo cubano desde hace 62 años y es por lo que estamos hoy todos estos cubanos aquí. Por la libertad de Cuba”.
Sánchez llevaba, como muchos otros manifestantes, la bandera cubana a forma de capa.
Contó que llegó a EE.UU. con 12 años y actualmente vive con su madre en Cabo Coral (Florida). Salió de esa ciudad ayer y, junto a tres amigos, condujo unas 16 horas para llegar hoy a Washington D.C.
La protesta, que se desarrolló en medio de un gran calor, parecía estar dividida en dos: a un lado frente a la Casa Blanca un grupo más reivindicativo usaba altavoces para hacer oír sus reclamos y, bajo los árboles, otros habían buscado sombra y estaban sentados en sillas plegables mientras aplaudían y hacían ondear sus banderas.
En ese último grupo estaba Danay Quian, quien cuando vio las protestas del pasado domingo en Cuba decidió echar el cierre a su tienda de Carolina del Sur y desplazarse a Washington, donde ya lleva una semana.
Salió de Cuba con unos 26 o 27 años y dice que recuerda todo de su casa en La Habana, desde el olor hasta el aspecto de las paredes.
“A mí no se me olvida nada de mi pedacito, ni a mí ni a ningún cubano, por eso estamos todos hoy aquí, porque duele. Aunque no haya alguien de nuestra familia que haya muerto, o haya sido apedreado o golpeado directamente, me duele”, afirmó mientras se le humedecían los ojos.
Grupos del exilio cubano, sobre todo en Florida, han convocado en los últimos días múltiples marchas y actos reivindicativos.
Este sábado, en Nueva York, decenas de personas se congregaron bajo los enormes luminosos de Times Square para exigir la caída del Gobierno cubano al grito de “¡libertad!” y “¡viva Cuba libre!”.
Entretanto, estrellas musicales como Emilio Estefan, Willy Chirino y Jencarlos Canela participarán esta tarde en otro acto en Miami.
Biden no ha hablado en ningún momento de una intervención militar y, de hecho, esta semana, el senador demócrata Bob Menéndez, una de las figuras más influyentes en la política hacia Cuba, descartó de manera tajante el uso de la fuerza.
El gobernante estadounidense, sin embargo, sí que ha dado señales de que su política hacia la isla será más dura de lo esperado.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha culpado a Washington de instigar las protestas. EFE