El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este miércoles en que el número de fallecidos por la covid-19 en Brasil está “inflado” y sostuvo que, en realidad, el país puede ser “uno de los que tenga la menor tasa de muertos por habitante” en el mundo.
Sin presentar prueba alguna y citando un supuesto documento del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), organismo fiscalizador del Estado que ya emitió un desmentido sobre ese asunto, Bolsonaro negó los 475.000 muertos por coronavirus de la estadística oficial y reiteró que la cifra real “debe ser” un 50 % menor.
Los datos del Ministerio de Salud, sin embargo, sitúan a Brasil como uno de los países más afectados del mundo por la pandemia, junto con Estados Unidos e India, tanto en número de casos como de fallecidos.
No obstante, Bolsonaro reiteró que los números son “inflados” en forma fraudulenta por gobernadores y alcaldes, porque así obtienen “más recursos financieros” del Gobierno federal para el combate de la pandemia que, según todos los especialistas, está a punto de entrar en una nueva ola en el país.
Bolsonaro insistió en su teoría durante una ceremonia realizada en una iglesia evangélica de la ciudad de Anápolis, a 150 kilómetros de Brasilia, que reunió a una veintena de pastores neopentecostales, que forman parte de su base política.
Según el mandatario, el número menor de muertos que él afirma sin prueba alguna fue gracias al llamado “tratamiento precoz” que su Gobierno ha promocionado y que incluye una serie de medicamentos sin eficacia comprobada científicamente contra el coronavirus.
“Vino el milagro. El tratamiento precoz y la cloroquina”, aseguró, en medio de ovaciones de los pastores, ante quienes promocionó además un “te de tres hierbas amazónicas” que, según él, han usado dos tribus de indios en las que “no hubo un solo muerto por covid”.