El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó a las fuerzas del orden federales arrestar a inmigrantes ilegales. También llevar a cabo operaciones policiales en lugares considerados sensibles, como iglesias, hospitales o colegios.
“Los delincuentes ya no podrán esconderse en escuelas e iglesias de Estados Unidos para evitar ser arrestados. La Administración Trump no limitará a nuestras valientes fuerzas del orden y espera en que utilicen el sentido común”, detalló el Departamento de Seguridad Nacional, liderado por el secretario interino, Benjamine Huffman.
El objetivo es “atrapar a criminales extranjeros, incluyendo asesinos y violadores, que hayan entrado ilegalmente” en Estados Unidos.
La nueva administración también emitió una segunda directiva que incluye la eliminación gradual de los programas que permiten a los migrantes de Venezuela, Nicaragua, Cuba o Haití entrar en el país “por cuestiones humanitarias”.
Si bien no detalla más al respecto, el Departamento de Seguridad Nacional subrayó que se estudiará “caso por caso”.
“La Administración Biden-Harris abusó del programa humanitario para permitir indiscriminadamente la entrada a nuestro país de 1,5 millones de migrantes”, agregó.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estableció en 2011 una política que impedía a los agentes llevar a cabo arrestos en lugares sensibles.
Permitía operaciones policiales en determinados casos, como una amenaza a la seguridad nacional. También por cuestiones de terrorismo o por riesgo inminente de muerte o daño físico a personas o propiedades.
Las detenciones se podrían producir incluso en bodas, funerales o manifestaciones proinmigración a las que acudan personas indocumentadas.
Esta nueva política de la Administración Trump podría avivar el miedo en las comunidades de migrantes e incluso evitar que muchos niños vayan a la escuela ante posibles arrestos.