La empresa farmacéutica sudafricana Aspen y la multinacional Johnson & Johnson anunciaron hoy un acuerdo para que esa primera compañía empiece a fabricar sus propias vacunas contra la covid-19 a partir de la fórmula de la segunda, que llevarán el nombre de “Aspenovax” y que serán destinadas a África.

El entendimiento supone que Aspen, que ya tenía un acuerdo con Johnson & Johnson para completar la producción de las vacunas de su filial Janssen -pero solo las últimas fases del proceso-, cuyas dosis se destinaron principalmente al continente africano, dispondrá ahora de una licencia de propiedad intelectual para fabricarla bajo su marca.

En una rueda de prensa virtual celebrada este martes para anunciar el acuerdo, Adrian Thomas, vicepresidente de Estrategia Global de Johnson & Johnson, señaló que, a la vista de los bajos niveles de vacunación en África, desde la compañía consideraron que tenían “que hacer algo diferente” y se declararon “orgullosos” de estar detrás de este “hito”.

Thomas señaló también que, sin un reparto más equitativo de las vacunas, esta pandemia no va a llegar a su “fin”, recalcó que es necesaria una producción independiente “en África para África” y pidió al mundo un plan de apoyo para el continente.

“Este es un momento realmente transformativo”, celebró, por su parte, la directora de la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para África, Matshidiso Moeti, quien también participó en la rueda de prensa virtual junto a otras autoridades sanitarias y políticas continentales.

Por su parte, Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), recalcó que la emergencia de la variante ómicron es “otra señal” más de que hay que “redoblar” el trabajo para garantizar la equidad vacunal.

“Solo alrededor de un 3 % de las personas de los países de bajos ingresos están completamente vacunadas, 7 % en toda África, comparado con los dos tercios de Europa (…) Cuanto más tiempo haya grandes cantidades de gente sin vacunar, más grande el riesgo de que nuevas mutaciones del virus emerjan”, subrayó Okonjo-Iweala.

La sudafricana Aspen, que es la mayor productora farmacéutica del continente, disfrutará al menos hasta finales de 2026 de esta licencia, que incluye también la potencial producción futura de fórmulas modificadas de la vacuna para nuevas variantes.

“Una vacuna hecha en África para África”, celebró Stephen Saad, fundador de esta compañía.

Saad también agradeció la “oportunidad” de demostrar que el continente y Sudáfrica tienen capacidad para asumir la producción de vacunas.

Este anuncio llegó después de que, el jueves pasado, científicos y autoridades sanitarias de Sudáfrica anunciaran la detección de una nueva variante del coronavirus, bautizada posteriormente por la OMS como ómicron.

La nueva variante se caracteriza por tener un alto número de mutaciones que podrían conllevar una mayor transmisibilidad y, en cierto grado, de evasión de la protección inmune previa.

Dadas las profundas desigualdades en el reparto mundial de vacunas, la producción desde el continente y para el continente ha sido un reclamo constante de autoridades sanitarias y políticas africanas.

Numerosos países de todo el mundo confirmaron ya casos de esta variante. EFE