La Asamblea de Nicaragua, controlada por el oficialismo, aprobó este viernes por unanimidad una reforma constitucional presentada por el presidente Daniel Ortega.
Este le otorga más poderes y permite ampliar un año más el mandato presidencial.
La ley, que le autoriza a arrogarse más competencias al pasar a ser coordinador último de los poderes legislativo y judicial, será ratificada nuevamente en enero como parte de una segunda legislatura, según ha recogido el diario ‘La Prensa’.
La medida afecta a más de un centenar de artículos de la Carta Magna.
Y, por ejemplo, establece la bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) como un símbolo oficial de Nicaragua.
Mientras que también formaliza a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, como “copresidenta”.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, rechazó y repudió la iniciativa para reformar la Constitución.
Alega que Ortega busca incrementar su control absoluto del Estado y perpetuarse en el poder.
“Constituye meramente una aberrante forma de institucionalización de la dictadura matrimonial en el país centroamericano y es una agresión definitiva al Estado de derecho democrático”, indicó en un comunicado remitido por su oficina.
Nicaragua está llamada de nuevo a las urnas en noviembre de 2026. El Gobierno de Ortega ha impulsado una violenta campaña de persecución de la oposición, privando de nacionalidad a los disidentes. Además, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de ONG nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.