La tarde del jueves, José circulaba por la vía Manta-Rocafuerte, cerca de Jaramijó, cuando su rutina se convirtió en pesadilla. A las 16:30, un grupo de hombres armados, a bordo de dos vehículos, bloqueó su camino. Con pistolas y amenazas, lo obligaron a entregar las llaves de su camioneta. Le cubrieron el rostro con una camisa, lo arrojaron boca abajo en los asientos traseros y emprendieron un trayecto que duró cerca de una hora.
José, cuyo nombre real se protege por seguridad, relató que los movimientos del vehículo sugerían caminos rurales sin pavimentar. En algún punto, los secuestradores detuvieron la camioneta en lo que José, víctima de un secuestro exprés, presume era una finca. Escuchó cómo cargaban sacos pesados en el balde del vehículo y subían armas. Una de las cuales le rastrillaron dos veces cerca de su cabeza para intimidarlo mientras pedía que no le hagan daño. Tras otra hora de recorrido, lo abandonaron en la vía Quimís-Jipijapa, desorientado y sin pertenencias.
Otra víctima de secuestro exprés
A pocos kilómetros, Carlos vivía un calvario similar, también víctima de un secuestro exprés. Alrededor de las 17:00, en la vía a Punta Blanca, también en Jaramijó, un grupo armado se le atravesó en el camino. Como a José, le cubrieron el rostro, lo forzaron a tumbarse en los asientos traseros y lo trasladaron durante una hora bajo amenazas constantes. Finalmente, lo dejaron en la vía La Pila-Montecristi, sin su camioneta ni objetos personales.
El viernes 11 de abril, José y Carlos coincidieron en la Fiscalía de Manta, donde aguardaban su turno para formalizar las denuncias por secuestro exprés. Allí, compartieron los detalles de sus experiencias, sorprendidos por las similitudes: la violencia, el uso de camisas para cubrirles el rostro y el traslado prolongado antes del abandono. “No sabía si iba a salir vivo”, confesó José. Carlos, por su parte, destacó la frialdad de los delincuentes: “Actúan como si estuvieran acostumbrados a esto”.
Las autoridades confirmaron que ambas denuncias por secuestro exprés fueron recepcionadas y que los casos están bajo investigación. Un portavoz de la Fiscalía señaló que estos reportes son fundamentales para rastrear los vehículos robados y evitar que los propietarios enfrenten responsabilidades si los autos son usados en otros delitos.
Un patrón delictivo en alza
Los secuestros exprés y robos de vehículos no son nuevos en Manabí. Según datos de la Policía, en 2024, la provincia registró un incremento del 29,86% en denuncias por secuestros. Manabí está entre las zonas más afectadas, solo superada por Guayas y Los Ríos.
Las carreteras secundarias, como las que conectan Manta con Rocafuerte, Jipijapa o Montecristi, son particularmente vulnerables.
Los casos de José y Carlos no son aislados. En marzo de 2025, una pareja de adultos mayores sufrió un secuestro exprés en Rocafuerte, donde también les robaron su vehículo y los abandonaron cerca de Manta. Estos incidentes han generado temor entre los conductores, muchos de los cuales evitan viajar solos o de noche. (27)