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Un sacerdote en Colombia posee una inusual estrategia para llegar a los jóvenes y llevar el mensaje y la palabra de Dios.

El sacerdote Arnaldo Ferreira, párroco, sorprendió a los asistentes de una discoteca en la localidad colombiana de Aracata.

Decidido a alejar a los jóvenes de problemas y vicios, el sacerdote visitó sitios de diversión nocturna.

Acompañado por la Policía de Menores, el sacerdote decidió actuar cuando la juventud no acudía a la iglesia.

Él optó por ir a buscarlo en las calles, parques y, en este caso, en las discotecas.

Ferreira se unió a las rumbas en los establecimientos, pero no solo para participar, sino también para aprovechar el espacio.

Él lleva oraciones, canta alabanzas e incluso baila música tradicional.

“Nos interesa compartir sus gustos y el ambiente rumbero, dentro de lo que está sanamente contemplado”, indicó el padre.

Él también destacó la importancia de tener sacerdotes cerca a los jóvenes y a la comunidad en general.

“No pretendemos satanizar las discotecas, pero sí hacerles saber a los jóvenes que los excesos son malos”, manifestó Ferreira.

La visita del sacerdote tuvo buena acogida por los jóvenes, que escucharon su mensaje y bailaron alabanzas.

Durante la jornada de evangelización, el padre obsequió micheladas naturales con mango, gaseosa, sal y pimienta.

Más de 600 jóvenes se encontraban en esa discoteca.

“Estoy seguro de que hemos dejado una semilla que dará frutos. Estas actividades continuarán en los rincones de Aracata”, dijo.

Los padres de los jóvenes reconocieron el esfuerzo del padre por acercar a sus hijos a la fe y “alejarlos de los vicios“.

La iniciativa del padre ha generado un debate en torno a la forma en que la iglesia puede conectarse con las nuevas generaciones.