La industria atunera en Manta se adapta al nuevo escenario energético
La eliminación del subsidio al diésel, anunciada por el Gobierno en junio de 2025, ha generado preocupación en el sector atunero de Ecuador, especialmente en la flota pesquera. La directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA), Mónica Maldonado, informó que el impacto principal recae en las embarcaciones, pero que la industria procesadora en tierra también enfrenta retos, especialmente por la calidad del servicio eléctrico en zonas como Manta.
El anuncio fue emitido mientras el sector atraviesa un proceso de transformación tecnológica y energética, con el objetivo de mantener su posición entre los principales exportadores mundiales de atún. Ecuador ocupa actualmente el tercer lugar global en exportaciones, por debajo de Tailandia y China, según datos del sector.
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Flota atunera, la más impactada por el fin del subsidio
Maldonado indicó que la industria procesadora en tierra no ha recibido nunca el subsidio al diésel, por lo que no enfrenta un impacto directo en ese aspecto. Sin embargo, reconoció que el aumento del precio del combustible afecta la competitividad general del sector.
“La flota tunera ya ha presentado su pronunciamiento y está trabajando con el Gobierno en un plan de reactivación”, afirmó la vocera.
La calidad y el precio de la materia prima pesquera están directamente relacionados con el rendimiento de la flota, por lo que cualquier variación en costos operativos se traduce en efectos para las empresas procesadoras. Por eso, desde CEIPA se insiste en la necesidad de políticas públicas pesqueras articuladas y sostenibles.
Competitividad y digitalización: prioridades del sector
Según Maldonado, el enfoque actual está en mantener la competitividad internacional del sector atunero ecuatoriano. Para lograrlo, CEIPA impulsa acciones como la digitalización de procesos y la transición hacia una “transformación azul”, que implica eficiencia energética y sostenibilidad.
“Estamos entrando en un proceso de recambio en cuanto a procesos energéticos. No se trata de subsidios ni de dádivas, sino de herramientas para fortalecer la competitividad”, explicó.
La industria planea acogerse a la Ley de Fomento Productivo. Esta normativa permite incentivos para la implementación de energías limpias y reducción de la dependencia de combustibles fósiles. También se evalúan inversiones en sistemas fotovoltaicos, especialmente para las zonas afectadas por problemas eléctricos persistentes.
Energía eléctrica, otro obstáculo para la industria en Manta
Maldonado denunció que la infraestructura eléctrica en Manta y otras zonas industriales de Manabí no garantiza un servicio estable. Esto ha obligado a muchas empresas procesadoras a invertir en autogeneración y transformadores propios, con el fin de evitar interrupciones en la cadena productiva.
“No es solo por el estiraje, sino por la calidad de la energía. Siempre tenemos problemas con los corredores eléctricos”, dijo.
La falta de calidad en el servicio ha provocado aumentos en los costos operativos. Esto sumado a los ajustes en los precios del diésel para la flota, presiona los márgenes de ganancia. Ante este escenario, el sector privado apuesta por soluciones de mediano plazo basadas en eficiencia, innovación e incentivos estatales.
Visión de largo plazo
El sector atunero ecuatoriano, que representa una de las principales fuentes de empleo y divisas del país, trabaja para adaptarse a los nuevos desafíos del entorno energético y económico. CEIPA ratifica su compromiso con una industria sostenible, eficiente y competitiva, y espera que el diálogo con el Gobierno permita implementar medidas que acompañen este proceso de transición.