En Ecuador, donde las mujeres sostienen casi el 40% de los hogares, su acceso creciente al crédito configura un escenario de empoderamiento económico, aunque aún enfrenta obstáculos. En cinco años, la participación femenina en microcréditos ha crecido con fuerza, pero la desigualdad en montos, garantías y acceso a productos financieros mayores sigue presente en el sistema.
Durante el último quinquenio, las mujeres ecuatorianas han ganado terreno en el sistema financiero, principalmente en segmentos como los microcréditos. Según la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), en 2023, el 51% de los nuevos créditos y el 59% de los microcréditos fueron destinados a mujeres, un cambio positivo en comparación con el 43% de mujeres bancarizadas en 2020.
Desde BanEcuador, se ha destacado que “las mujeres no solo están accediendo a más créditos, sino que lo hacen con una disciplina que inspira confianza en el sector”. Ana Guamán, emprendedora de Pichincha, señala: “Obtener un microcrédito me permitió crecer mi negocio, pero aún es difícil competir con los montos que reciben los hombres”.
Cifras clave del acceso al crédito para mujeres
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Participación en 2023: 287.534 microcréditos otorgados a mujeres (59%)
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Promedio de crédito en 2024: USD 4.743 para mujeres vs. USD 6.017 para hombres
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Score crediticio 2022: Mujeres (26-35 años): 715 puntos, superior al de los hombres (706)
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Regiones líderes 2024:
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Pichincha: USD 1.191 millones
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Guayas: USD 508 millones
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Tungurahua: USD 504 millones
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2021: Créditos otorgados a mujeres sumaron USD 1.638 millones; a hombres, USD 2.349 millones
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2024: 54% de nuevos microcréditos y 53% de clientes formalizados fueron mujeres
Pese a estos avances, las mujeres siguen enfrentando condiciones desiguales, especialmente en el acceso a montos mayores y la exigencia de garantías. En promedio, solo el 33% de las propiedades utilizadas como respaldo crediticio están a nombre de mujeres.
Programas e iniciativas que marcan diferencia
Desde 2021, el programa Crédito Súper Mujer Rural de BanEcuador ofrece financiamiento de hasta USD 10.000 con condiciones preferenciales. Asimismo, el programa Crece Mujer No Más Violencia, con un fondo inicial de USD 10 millones, brinda apoyo económico a víctimas de violencia económica y patrimonial.
La banca privada también ha respondido. Algunas instituciones eliminaron requisitos como la firma del cónyuge, ofreciendo además tasas preferenciales. Solo en 2023, BanEcuador canalizó USD 776 millones hacia mujeres, fomentando su rol en la reactivación económica.
Sin embargo, la violencia de género y las barreras culturales, especialmente en zonas como la Amazonía, siguen limitando el acceso. Según Aval Buró, los hombres acceden hasta 3,72 veces más a tarjetas de crédito en regiones rurales.
La equidad, aún un horizonte lejano para las mujeres
Aunque la inclusión financiera femenina ha crecido, la equidad no ha sido alcanzada. En 2021, solo el 58% de las mujeres tenía una cuenta de ahorros, y en 2024 el desempleo femenino alcanzó el 53% en sectores informales, reduciendo su capacidad de acceder a productos financieros más amplios.
Expertos en finanzas, como Pedro Salazar, coinciden en que “es crucial diseñar productos adaptados a las realidades de las mujeres, desde tasas diferenciadas hasta educación financiera”. Mientras tanto, las cifras muestran que las mujeres mantienen un mejor comportamiento de pago y mayor compromiso con la formalidad, lo que podría consolidarlas como clientas clave para el sistema bancario.