En Manta, Ecuador, el Cuerpo de Bomberos reporta que, entre enero y junio de 2025, atendió 76 incendios vehiculares, un incremento del 20% respecto al año anterior. Un 70% de estos casos estaría relacionado con asesinatos y actos ilícitos, según confirmó Julio Roca, comandante de la institución.
Emergencias dobles tras ataques armados
Cada incendio vehicular en Manta esconde más que una falla mecánica. De acuerdo con Roca, la mayoría de estos siniestros ocurre pocos minutos después de un ataque armado. El patrón es claro: tras balear a una persona, el vehículo es abandonado y luego incendiado para borrar cualquier evidencia criminal.
“El modus operandi es quemar el auto con combustible tras un asesinato para eliminar vestigios”, explicó el comandante. Este comportamiento delictivo obliga a bomberos y policías a coordinar cada respuesta con estrictos protocolos de seguridad.
La escena suele iniciar con una alerta de herido por arma de fuego. Una ambulancia del Cuerpo de Bomberos, bajo custodia policial, asiste a la víctima mientras otra unidad acude a sofocar el fuego del vehículo abandonado. El riesgo de explosivos o municiones dentro del automóvil quemado agrava el peligro.
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Seguridad reforzada para enfrentar actos violentos
Ante este contexto, el Cuerpo de Bomberos de Manta se convirtió en el primero de Manabí en dotar a su personal con chalecos balísticos nivel 3 y 4, protecciones diseñadas para atender emergencias en escenarios de violencia armada.
“No es lo mismo apagar un carro que se incendia por un desperfecto con el dueño presente que intervenir en un vehículo abandonado tras un crimen”, sostuvo Roca. El protocolo exige evaluar el nivel de amenaza, trabajar a distancia segura y esperar el aseguramiento de la escena por parte de la Policía Nacional.
Según las estadísticas del comando, entre el 60% y 70% de los incendios vehiculares atendidos en 2025 están vinculados a hechos violentos, mientras que el resto se atribuye a fallas eléctricas o mecánicas.
Causas mecánicas persisten pero no lideran las cifras
Aunque la violencia domina las estadísticas, el 40% de incendios vehiculares proviene de fallos del sistema eléctrico, malas conexiones o falta de mantenimiento preventivo. Roca insiste en que, pese a las campañas de revisión técnica, muchos conductores descuidan aspectos básicos de seguridad automotriz.
“Los incendios por cortocircuitos en autos siguen siendo comunes, pero hoy en día representan la parte menor frente a los actos ilícitos”, advirtió.
El Cuerpo de Bomberos mantiene una campaña activa para promover la revisión periódica de vehículos, sobre todo en sistemas de cableado, batería y conexiones de combustible.
Prevención y cobertura ante múltiples emergencias
La situación obliga a la institución a estar lista para atender múltiples emergencias simultáneas: un herido por arma de fuego, un incendio de vivienda, un auto en llamas o incluso rescates de animales. Para ello, Manta cuenta con estaciones distribuidas en puntos estratégicos.
“En muchos casos, mientras una unidad atiende el incendio vehicular, otra cubre la asistencia médica. Así evitamos retrasos y cubrimos toda la ciudad”, explicó Roca.
Actualmente, la coordinación entre bomberos y Policía Nacional es fundamental para proteger tanto a los rescatistas como a los ciudadanos.
Contexto: violencia urbana y quema de evidencias
El aumento de asesinatos en Manta y otras ciudades de Manabí se relaciona con disputas de bandas criminales, según reportes de seguridad. La práctica de quemar autos después de un crimen no es nueva, pero se ha intensificado con la escalada de violencia. Esta táctica busca dificultar la labor investigativa y reducir rastros forenses.
El Cuerpo de Bomberos de Manta, con cerca de 150 efectivos, refuerza su equipamiento y entrenamiento para afrontar escenarios de alto riesgo y proteger vidas humanas, a pesar de la complejidad de estas emergencias.
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