El 21 de junio, la Iglesia católica celebra a San Luis Gonzaga, jesuita canonizado en 1726 por su caridad heroica durante una peste.
Orígenes y vocación de San Luis Gonzaga
San Luis Gonzaga, que nació el 9 de marzo de 1568 en Castiglione delle Stiviere, Mantua, fue el primogénito de Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione, y Marta Tana de Santena.
Destinado a suceder a su padre, recibió formación militar y cortesana. A los 7 años, prometió vivir en castidad tras una experiencia espiritual. En 1581, sirvió como paje en la corte de Felipe II en Madrid, donde su devoción creció.
Inspirado por las obras de San Ignacio de Loyola, renunció a su herencia en 1585 para ingresar a la Compañía de Jesús en Roma, contra la oposición familiar.
En el noviciado jesuita, estudió teología y filosofía en el Colegio Romano, destacándose por su humildad y austeridad. Practicó ayunos rigurosos y dedicó horas a la oración.
Caridad y sacrificio
En 1591, Roma sufrió una epidemia de peste. Luis se ofreció voluntario en el hospital jesuita, atendiendo a los enfermos, limpiando heridas y consolándolos espiritualmente.
En marzo de 1591, contrajo la enfermedad tras ayudar a un moribundo. Debilitado por su ascetismo y la peste, falleció el 21 de junio de 1591 a los 23 años. Durante su agonía, tuvo visiones marianas y expresó su deseo de unirse a Cristo.
Filosofía y espiritualidad de San Luis Gonzaga
La filosofía de Luis se basó en la humildad, la castidad y el servicio. Influido por la espiritualidad ignaciana, buscó a Dios en la renuncia y la caridad.
Su frase “¿Qué es esto comparado con la eternidad?”, reflejó su desprecio por lo mundano. En sus cartas, exhortó a los jóvenes a la pureza y la oración, siendo un modelo de virtud juvenil.
Canonización y reconocimiento
Luis Gonzaga fue beatificado por Gregorio XV en 1621 y canonizado por Benedicto XIII el 13 de diciembre de 1726, junto a San Estanislao Kostka. Su canonización destacó su caridad durante la peste y su vida virtuosa.
En 1729, Benedicto XIII lo nombró patrono de los jóvenes, y en 1926, Pío XI lo designó patrono de los estudiantes cristianos. También se le invoca contra pestes y enfermedades oculares.
Legado en la Iglesia de San Luis Gonzaga
El legado de Luis perdura en su influencia en la espiritualidad juvenil y la educación jesuita. Inspiró a santos como San Juan Bosco y a movimientos como las Congregaciones Marianas.
Sus reliquias en Roma atraen peregrinos, y parroquias como San Luis Gonzaga en Manila reflejan su devoción global. Instituciones educativas y hospitales llevan su nombre, perpetuando su caridad.
Contexto histórico
A finales del siglo XVI, la Contrarreforma impulsó la renovación católica frente al protestantismo. La Compañía de Jesús, fundada en 1540, lideró la educación y la evangelización.
La renuncia de Luis a la nobleza y su muerte durante la peste de 1591 encarnaron el ideal jesuita de sacrificio, lo que fortaleció la autoridad moral de la Iglesia en un tiempo de crisis.