Hace poco escuchaba a un predicador decir que Cristo escogió a los más pobres para ser sus discípulos. ¿Es cierto eso?
La verdad es que gracias a una frase hemos creído que Jesús y sus apóstoles eran pobres casi rayando en la mendicidad. Pero hay ciertos datos que nos demuestran que ni todos eran pobres ni Jesús los quería pordioseros.
Mateo había sido publicano, cobrador de impuestos, cargo que dejaba muy buenos réditos o que al menos tenía un salario fijo. Pedro, tenía una barca lo que lo hacía un comerciante o empresario. Andrés, seguramente hablaba hebreo y griego, aprender ambos idiomas no era barato y el ser bilingüe le abría muchas posibilidades económicas. De Juan sabemos que tenía una casa en donde recibió a la Virgen María.
Del resto de discípulos podemos decir que la gran mayoría ni era ignorante ni pordioseros pero espiritualmente hicieron una opción que la expresa muy bien Pablo “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo”.