Cleofe Moreira, es un morador de la comuna San Roque ubicada a 7km del centro de Olmedo, en Manabí. Este cantón se caracteriza por tener el mayor índice de pobreza en toda la provincia. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), de los 10,090 habitantes de este distrito, 9,440 son de escasos recursos, lo que representa el 93,6% de la población. Pero, para olmedenses como Cleofe, ellos no son pobres, más bien, son un mendigo sentados sobre un saco de oro.
Moradores no quieren pagar $2 mensuales por agua potable
En la comuna San Roque los vecinos obtienen el agua de pozos, pero no es porque la ayuda no haya llegado hasta allí. Según Moreira, hace aproximadamente seis años, la Dirección de Riego y Drenaje de la Prefectura instaló un sistema de riego para la agricultura familiar campesina ubicada sobre la Avenida Balzar, con un presupuesto de $72.0331,14 sin iva. Él asegura que fue una lucha constante para que ellos pudieran tener dicho bombeo que permitiría abastecer del servicio de agua potable a las familias del sector, pero al parecer la lucha fue en vano. Pues, para mantener en funcionamiento la planta de agua, las familias debían cancelar la tarifa de $2 mensuales, pero esta gestión no pudo ser concretada.
“Se dijo que para poder entregarnos la toma de agua debíamos tener una junta, aquí no hay junta ni rejunta, nadie se junta para nada. Esta es una de las comunidades más difíciles que tiene Olmedo. No les gusta que se les toque el bolsillo. Todas las personas lo querían gratis”, lamentó el ciudadano.
“Se trata de una corresponsabilidad”
Lourdes Guerrero, alcaldesa del cantón, manifestó que dicha gestión corresponde a una corresponsabilidad entre la comuna y las autoridades. “Lo que hay que hacer es más bien, motivarlos, hacerlos crear conciencia de que el valor que ellos van a pagar es por un servicio que se les está brindando, cancelando ese valor podrán gozar de ese mantenimiento y que el sistema no se dañe, después no tendrán con qué suplir los costos que corresponden”, aseguró la funcionaria.
Moreira asegura que fue una lucha tener el bombeo en la comunidad, a pesar que no lo usan. “Todos tenemos un pozo, el agua no sirve para beberla, para poderla tomar debemos hervirla”. La alcaldesa informó que el sistema de riego fue construido por la prefectura, que es la que debe reparar los daños (ya está el proceso en el portal) y continuar la gestión para conformar la junta de agua que se encargue del cobro de la tarifa y del mantenimiento.
¿Cómo funcionan los pozos?
En zonas rurales como estas, los habitantes extraen agua de pozos de diferentes maneras, dependiendo de la profundidad del acuífero. Para pozos poco profundos, recurren a bombas manuales de palanca o al tradicional balde con cuerda. En pozos más profundos, bombas eléctricas, facilitan la extracción del líquido vital. Muchos de los moradores almacenan el en tanques, y luego la hierven para poder consumirla. (MV).