Evidencia científica respalda estos cinco alimentos para el cuidado del hígado

Estos cinco alimentos, respaldados por evidencia científica, favorecen la salud del hígado al promover la desintoxicación, combatir la inflamación y reducir el estrés oxidativo.
Cinco alimentos que respaldan científicamente la salud del hígado.
Cinco alimentos que respaldan científicamente la salud del hígado.
Cinco alimentos que respaldan científicamente la salud del hígado.
Cinco alimentos que respaldan científicamente la salud del hígado.

Yury Cobeña

Redacción ED.

Yury Cobeña

Redacción ED.

Nació en Babahoyo el 7 de agosto de 1990. Licenciada en Periodismo por la Universidad Laica Eloy Al... Ver más

Cinco alimentos clave que contribuyen a la salud del hígado fueron identificados por expertos en nutrición y respaldados por estudios recientes. La información, publicada entre 2016 y 2023 en revistas científicas especializadas, destaca cómo el brócoli, el aguacate, la remolacha, el ajo y la cúrcuma pueden mejorar la función hepática. Desde distintas regiones del mundo.

Alimentos que protegen y estimulan la función hepática

El brócoli, una verdura crucífera, contiene glucosinolatos como el sulforafano, que activa enzimas hepáticas encargadas de neutralizar toxinas. Un estudio publicado en Journal of Nutrition (2016) mostró que este compuesto estimula las enzimas de fase II en el hígado, ayudando a reducir el estrés oxidativo. Su aporte de fibra también mejora el tránsito intestinal, facilitando la eliminación de residuos metabólicos.

La nutricionista Sandra Milena Cardona, citada por BBC News Mundo, recomienda consumir el brócoli al vapor para conservar sus nutrientes, señalando que es un “superalimento” para la función hepática.

Otro aliado es el aguacate, rico en grasas monoinsaturadas y glutatión, un antioxidante clave que ayuda al hígado a descomponer toxinas, incluidos metales pesados. Según Critical Reviews in Food Science and Nutrition (2018), el glutatión contribuye a neutralizar radicales libres y toxinas como la galactosamina. Además, aporta vitamina E y potasio, esenciales para la regeneración celular.

Nutrientes esenciales en la purificación hepática

La remolacha se distingue por su contenido de betaína, que estimula el flujo de bilis y mejora la capacidad del hígado para procesar toxinas. Un artículo de Clinical Gastroenterology and Hepatology (2023) sostiene que la betaína protege las vías biliares y reduce la acumulación de grasa, útil en la prevención del hígado graso no alcohólico (HGNA). Por su parte, los antioxidantes y la fibra refuerzan la limpieza digestiva.

Expertos de My Liver Exam recomiendan incluirla en jugos naturales o asada para optimizar sus efectos desintoxicantes.

El ajo, rico en alicina y selenio, activa enzimas hepáticas que ayudan a eliminar sustancias nocivas. En 2019, un estudio en Food and Chemical Toxicology confirmó que la alicina mejora la capacidad del hígado para desintoxicar, mientras que el selenio actúa como antioxidante protector de células hepáticas.

La dietista Megan Flores, de Banner Health, sugiere consumir ajo crudo en ensaladas o salsas para aprovechar sus propiedades.

Cúrcuma: aliada antiinflamatoria del hígado

La cúrcuma contiene curcumina, un compuesto con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Un estudio publicado en Liver International (2022) reveló que la curcumina reduce la inflamación hepática y previene la acumulación de grasa, siendo eficaz contra el HGNA. Asimismo, estimula la producción de bilis, lo que favorece la digestión de lípidos.

Según la doctora Chahri, especialista en aparato digestivo de la Clínica Planas, la cúrcuma puede incluirse en infusiones o platos cocinados como complemento funcional en la dieta.

Consideraciones médicas sobre la desintoxicación hepática

Aunque estos alimentos presentan beneficios documentados, la desintoxicación hepática es un proceso fisiológico natural que no depende exclusivamente de la dieta. Según el portal médico Tua Saúde, no existen alimentos milagrosos que “limpien” el hígado por sí solos. La clave es mantener una dieta equilibrada, baja en azúcares refinados, alcohol y alimentos ultraprocesados.

Expertos coinciden en que una correcta hidratación, la práctica de ejercicio regular y evitar hábitos tóxicos son medidas complementarias fundamentales. Se recomienda consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios dietéticos significativos, especialmente en personas con afecciones hepáticas previas.

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