Alexander Kinyua, un estudiante de Morgan State University, asesinó y desmembró a Kujoe Bonsafo Agyei-Kodie, de 37 años, en Joppatowne, Maryland, confesando haber consumido su corazón y cerebro en un acto de canibalismo. Declarado inimputable por trastornos mentales, fue internado en un hospital psiquiátrico en lugar de prisión.
El caso comenzó cuando Jarrod Kinyua, hermano de Alexander, descubrió dos latas de metal en el sótano de su casa en Joppatowne, cubiertas por una manta. Dentro, encontró una cabeza humana y dos manos, según informó el Daily Mail. Alarmado, Jarrod alertó a su padre, Antony Kinyua, profesor de física en Morgan State University, quien contactó a un detective del Condado de Harford. Cuando ambos regresaron al sótano, Alexander estaba limpiando las latas, intentando ocultar las pruebas de canibalismo, según un informe de CNN.
La policía llegó al domicilio y halló la cabeza y las manos de Kujoe Agyei-Kodie en la planta principal de la casa.Kinyua, entonces de 21 años, confesó haber matado a su compañero con un cuchillo mientras dormía, desmembrando su cuerpo y consumiendo partes de su corazón y cerebro en un acto de canibalismo. Además, indicó que arrojó los restos restantes en un contenedor de basura en el estacionamiento de la Village Baptist Church, donde fueron recuperados, según NBC News.
Antecedentes de un crimen perturbador
Kinyua, un ciudadano estadounidense nacido en Kenia, era un estudiante de ingeniería eléctrica con un expediente académico destacado en Morgan State University. Sin embargo, su comportamiento errático ya había levantado alertas. En febrero de 2012, publicó en Facebook mensajes sobre “sacrificios humanos en masa” y “limpiezas étnicas”, según Daily Mail. Un instructor de ROTC lo describió como “una masacre como la de Virginia Tech esperando ocurrir”, según registros citados por el mismo medio.
Días antes del homicidio y canibalismo, el 19 de mayo, Kinyua atacó a Joshua Ceasar, otro estudiante, con un bate de béisbol envuelto en alambres de púas, dejándolo parcialmente ciego. Este incidente, reportado por NBC News, resultó en cargos por intento de asesinato, pero Kinyua fue liberado bajo fianza de 220,000 dólares antes del crimen contra Agyei-Kodie.
El perfil de la víctima
Kujoe Agyei-Kodie, originario de Ghana, había obtenido varios posgrados y estaba en proceso de regularizar su estatus migratorio tras la revocación de su visa en 2010, según CNN. Conocía a Antony Kinyua desde sus días como estudiante de posgrado en Morgan State, y la familia lo acogió temporalmente en su hogar.
Amigos, como Percess Veronica Mattison, lo describieron como un “hombre piadoso” con aspiraciones de regresar a Ghana para contribuir a su país, según Baltimore Sun.
Un proceso judicial controvertido
El juicio de Kinyua, celebrado en 2013, giró en torno a su estado mental. Psiquiatras de la defensa y la fiscalía diagnosticaron esquizofrenia paranoide, concluyendo que no era penalmente responsable en el momento del crimen, según CBS News. A pesar de la premeditación señalada por la fiscalía —evidenciada en la limpieza de pruebas y disposición de restos—, el juez Stephen Waldron aceptó el diagnóstico y ordenó su internamiento indefinido en el Clifton T. Perkins Hospital, un centro psiquiátrico de máxima seguridad.
Familiares de Agyei-Kodie, como su tío Anthony Opoku Ware, expresaron frustración por la falta de justicia retributiva, según Washington Post. “Se siente un gran vacío”, dijo el fiscal Joseph Cassilly, reflejando el sentir de los allegados de la víctima de canibalismo.
Contexto de crímenes extremos en EE.UU.
El caso de Kinyua, aunque excepcional, no es aislado. En 2012, otro incidente de canibalismo en Miami, donde Rudy Eugene atacó a un hombre en una autopista, captó la atención nacional, según The Guardian. Según el FBI, los homicidios con características extremas, como mutilación, representan menos del 1% de los casos anuales, pero generan un impacto desproporcionado. En Maryland, el Condado de Harford registró 12 homicidios en 2012, siendo este el más notorio, según datos del sheriff local.
El caso desató cuestionamientos sobre la supervisión de Kinyua tras su agresión previa. Joshua Ceasar, víctima del ataque con el bate, demandó a Morgan State University, alegando negligencia por ignorar las señales de alerta, según Daily Mail. La universidad creó un puesto de jefe de seguridad pública tras el incidente, según Wikipedia. Kinyua permanece en el hospital psiquiátrico, donde su liberación dependerá de evaluaciones futuras que determinen si representa un peligro, según CBS News. Este desenlace, aunque basado en evidencia médica, dejó a la familia de Agyei-Kodie y a la comunidad con un sentimiento de injusticia. (27)