En el malecón de la parroquia Crucita aún quedan huellas de las afectaciones que dejaron los fuertes oleajes, ocurridos en enero y marzo de este año.
Fueron alrededor de 20 socavones que se formaron a lo largo del malecón, producto de las fuertes olas. Allí, la Prefectura de Manabí colocó piedras escolleras y reparó parte de las aceras que colapsaron.
José Zambrano, habitante de esta parroquia, dice que los oleajes del verano son menos intensos que los del invierno, por lo que no se han registrado nuevos daños. De hecho, asegura que las piedras que se colocaron, han ayudado a contener las fuertes olas, pero considera que no es suficiente.
“Aún falta por arreglar el malecón que quedó destruido”, expresó Zambrano, quien habita en el sector de Balsamaragua, una de las zonas que más se afecta con los oleajes.
Muros de protección de manera técnica
César Delgado Otero, experto en ingeniería hidráulica y puertos, menciona que las obras frente al mar se deben hacer de manera técnica para evitar afectaciones. Lo dice por su experiencia. Él fue parte de la construcción del Puerto de Manta.

“El incremento de la temperatura en el mar y la tierra, ha ocasionado el aumento de la presión del viento. Cuando se incrementa la presión del viento, también se incrementa la presión de las olas, que deben ser soportadas por las obras marítimas construidas en la tierra”, indica.
Para el experto, no existe un conocimiento técnico del comportamiento de las olas sobre las obras construidas en tierra. En este caso, en el malecón de Crucita que fue afectado por los oleajes y aguajes. “El primer error, es que no hay un declive del material de núcleo”, indica.
Se debe colocar nuevos muros de piedra
Para proteger el malecón, según Delgado, el núcleo debe incluir grandes y pequeñas piedras. Cada capa de piedra seleccionada debe ser de entre 20 y 40 centímetros. Además, la piedra de defensa debe tener un peso mínimo de seis toneladas, debido al incremento de las olas.
“Es necesario reconstruir el muro de piedra, en las zonas que han sido afectadas por el mar, con criterio técnico”, precisa Delgado. Insiste que para evitar una nueva afectación a futuro, se debe retirar todo el material. Además, considerar el declive del terreno, para colocar las piedras seleccionadas de 20 a 40 centímetros.

“Si son muy pequeñas las piedras, el material se sale. Si son muy grandes, la piedra intermedia se puede salir. Por eso, se tiene que poner obligatoriamente, primero, las piedras de un promedio 30 centímetros“, indica.
Espigones para ganar playa
Delgado menciona que la solución final para evitar que los oleajes afecten el malecón, es la construcción de espigones verticales, como lo ha construido en la playa de Manta. “Con esto los sedimento que transporta la ola, son detenidos por el espigón y se forma la playa”, explica.
Cada espigón se debería construir a una distancia de 500 metros, a una profundidad que no podría superar los 20 metros del mar, justo donde rompe la ola, menciona el experto. “Allí se va a tener un beneficio que es desarrollo turístico“, agrega.