Manta se convierte en el epicentro de la pesca sostenible al ser sede de la quinta reunión de instituciones dedicadas a la captura, procesamiento y control del atún. Durante cinco días, delegados de 59 países miembros de la FAO y ocho naciones observadoras debaten en esta ciudad costera sobre las normativas que garantizan la calidad del producto desde su captura hasta su comercialización.
Ecuador como anfitrión y presidente del evento, aprovecha esta plataforma para exhibir sus esfuerzos contra la pesca ilegal y consolidar su liderazgo en el escenario global. Además, el país busca que los asistentes conozcan las estrictas regulaciones que aplica para proteger sus recursos marinos.
La viceministra de Acuacultura y Pesca, Ivanova Cereceda, habló de lo que significa para Ecuador organizar este encuentro internacional. Durante cinco años, el país solicitó ser sede de esta reunión, pero la pandemia y otros desafíos retrasaron el proceso. Ahora, tras superar esos obstáculos, Ecuador preside este tratado vinculante que reúne a 82 países, de los cuales 59 asisten al evento. Cereceda resaltó que esta oportunidad permite al país demostrar su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo pesquero.
Ecuador busca mostrar avances después de sanción
Uno de los objetivos centrales de Ecuador en esta reunión es presentar un informe detallado sobre los avances logrados para responder a la Tarjeta Amarilla impuesta por la Unión Europea. Esta sanción señaló deficiencias en los controles contra la pesca ilegal, pero el gobierno ecuatoriano actuó con rapidez y determinación. Por ejemplo, aprobó la Ley Orgánica para el Desarrollo de la Acuacultura y Pesca (LODAP), que establece sanciones claras y regula las actividades pesqueras.
Asimismo, implementó un software de trazabilidad que monitorea la legalidad de la pesca, posicionando a Ecuador como referente en el uso de la Medida del Estado del Puerto (MERP). Estos esfuerzos reflejan un cambio significativo, ya que en el pasado el país enfrentó críticas por vacíos legales que facilitaban actividades ilícitas. Además, el gobierno ecuatoriano fortaleció los controles en el sector pesquero. Ahora, los barcos cuentan con sistemas de monitoreo satelital (DMS) que rastrean sus movimientos en tiempo real.
También se aprobó una ley que prohíbe la pesca industrial dentro de las ocho millas marinas, reservando esta zona exclusivamente para la pesca artesanal. Un centro de monitoreo supervisa el cumplimiento de estas normativas, garantizando la protección de la reserva marítima. Estas medidas no solo combaten la pesca ilegal, sino que también promueven una gestión responsable de los recursos marinos.
Se trabaja en pesca con responsabilidad social
Ecuador no solo se enfoca en regulaciones, sino también en la responsabilidad social. El sector pesquero, un pilar clave de la economía, recibe apoyo constante del gobierno. A través de programas específicos, las autoridades mejoran las condiciones de los pescadores y aseguran la sostenibilidad de sus actividades. De esta manera, tanto la pesca artesanal como la industrial prosperan dentro de un marco legal robusto.
Este enfoque integral beneficia a las comunidades locales y refuerza la reputación de Ecuador como un país comprometido con la equidad y el desarrollo sostenible. En el marco de la reunión, Cereceda destacó que Ecuador cumplió con las siete observaciones planteadas por la Unión Europea. Por ello, el país confía en que las autoridades europeas reconozcan estos avances y levanten la Tarjeta Amarilla en futuras evaluaciones.
Ecuador con el sector pesquero busca metas ambiciosas
Este logro representaría un hito para Manta y todo Ecuador, pues demuestra la capacidad del país para alcanzar metas ambiciosas cuando actúa con seriedad. Además, la presidencia de esta reunión consolida el liderazgo de Ecuador en la gestión pesquera global. La reunión en Manta no solo aborda cuestiones técnicas, sino que también simboliza un momento de orgullo nacional.
Roberto Salazar, principal de Terminales Portuarios de Manta señaló que desde Manta se lideran esfuerzos para eliminar la tarjeta amarilla que la Unión Europea impuso a Ecuador en 2019, un desafío clave para el sector pesquero industrial, pilar de productividad y exportaciones. Para lograrlo, el puerto invierte en tecnología que optimiza la trazabilidad del pescado, desde su desembarque hasta su exportación.