Los moradores del barrio Santa Ana, en la parroquia Eloy Alfaro, no reciben agua potable desde hace tres meses. En esta zona alta del cantón Manta, la única opción es comprar el agua en tanqueros. Cada uno cuesta entre 25 y 30 dólares. El agua dura alrededor de quince días y se paga un dólar por tanque.
Víctor Jurado vive en la calle principal del barrio. Él ya ha comprado varios tanqueros con agua desde que empezó el problema. Explica que este gasto se repite cada dos o tres semanas. Aunque el agua es limitada, las familias la usan para cocinar, asearse y limpiar. No pueden esperar más. Eliana Barreiro también reside en el barrio Santa Ana. Ella señala que no tienen agua en las tuberías y cuando llueve, aprovechan para recoger y utilizarla para alguna actividad. En la parte alta de esta parroquia el reclamo es generalizado.
El problema dice Barreiro es más grande para quienes no tienen algibes, porque tienen que comprar agua todos los días. Todo este problema agrava el malestar. Los dos moradores señalan que les han informado que el problema se genera en el lugar de captación en el cantón Santa Ana.
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Explicación desde la empresa de agua potable
Miguel Cevallos, gerente general de la Empresa Pública Aguas de Manta, confirmó la situación. Dijo que la planta Colorado abastece a la parroquia Eloy Alfaro. Esta planta depende de dos fuentes: el acueducto Cazalagarto y el de Refinería. Ambos presentan problemas.
La noche anterior, el acueducto Caza Lagarto dejó de operar. La crecida del río Portoviejo afectó la captación de agua. El Cuerpo de Bomberos de Santa Ana reportó ríos de inundación en la zona. Aunque ya no llueve con fuerza, las represas La Esperanza y Poza Honda mantienen niveles altos. Por eso, las autoridades abren compuertas. Esta acción eleva la turbiedad del agua.
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Abastecimiento inestable afecta zona alta como el barrio Santa Ana
La planta solo recibe agua desde el acueducto de Refinería. Sin embargo, la presión del ducto bajó. Cevallos explicó que los agricultores usan el agua en el trayecto. La empresa no puede controlar ese uso. Por esa razón, el abastecimiento resulta inestable.
El 80 % de Manta recibe agua con regularidad. La planta El Ceibal se mantiene operativa. A pesar de eso, los sectores rurales siguen afectados. Durante el fin de semana, Aguas de Manta realizó pruebas para llegar a esas zonas. Las subestaciones intermedias fallaron. Hubo problemas eléctricos y roturas. Los técnicos aún no resuelven los daños.
En Santa Ana, la desesperación aumenta. Las familias gastan dinero en tanqueros. Algunos deben elegir entre comida y agua. No hay fecha clara para la solución. Mientras tanto, las quejas se repiten y las autoridades piden paciencia.