La historia de Elsita Huerta es un testimonio de resiliencia y determinación. Abogada y madre de seis hijos —entre ellos los reconocidos Danilo y Felipe Carrera Huerta—, recientemente alcanzó un importante hito académico al obtener una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Ecotec. Sin embargo, este logro se dio en un contexto particularmente desafiante: su lucha contra el cáncer de mama, diagnosticado en 2023.

Un desafío académico en medio de la adversidad

Desde hace tiempo, Elsita deseaba realizar una maestría, pero sus responsabilidades familiares y profesionales la llevaron a posponerlo. Su diagnóstico de cáncer fue un punto de inflexión. Lejos de rendirse, decidió que necesitaba algo que la motivara cada día. “Yo necesitaba hacer algo que me apasione, que me guste, que me levante de la cama, que me dé energías”, expresa.

El proceso de estudiar mientras enfrentaba un tratamiento agresivo no fue fácil. Viajando entre Estados Unidos y Ecuador, cursó la maestría en modalidad híbrida. “Teníamos clases lunes, martes, miércoles y sábados… El examen final lo hice presencial. Viajé en diciembre solo a estudiar una semana con mis amigas”, recuerda.

Su familia fue un pilar fundamental. Su esposo, Xavier Carrera, la acompañó en Estados Unidos durante el tratamiento, mientras que sus hijos viajaban constantemente para estar a su lado. “Ellos estaban contentísimos de verme estudiar. Siempre me ha gustado aprender, y ellos lo saben”, comenta.

Una batalla con fe y fortaleza

Huerta nunca tuvo miedo de su enfermedad. “Cuando me dijeron que tenía cáncer, para mí no fue un shock. Lo tomé muy tranquila. Siempre he estado agarrada de la mano de Dios”, afirma. A pesar de los momentos más críticos del tratamiento, mantenía una actitud positiva y buscaba fuerzas en su fe.

Las complicaciones médicas fueron múltiples: quimioterapia, inmunoterapia, mastectomía bilateral, trombosis y afectaciones en las glándulas suprarrenales. Sin embargo, su determinación la llevó a continuar con su vida.

Hoy, Elsita se encuentra libre de cáncer, aunque sigue en revisiones médicas periódicas. “Gracias a Dios, ya no tengo cáncer. Pero estoy en control cada cuatro meses”, menciona con gratitud.

Un futuro de servicio y ayuda a la niñez

Con su maestría culminada, Huerta ya tiene en mente su siguiente proyecto: un programa de labor social enfocado en la niñez. “Quiero iniciar un plan piloto que ayude a los niños a través del deporte, asegurando que tengan acceso a buena alimentación y nutrición”, explica.

Planea involucrar a su familia y amigos en esta iniciativa, confiando en su capacidad de organización y compromiso social. “Mis hijos estarán ayudándome en distintas áreas. Siempre hemos trabajado en equipo”, señala.

De visita en Guayaquil, celebra este nuevo capítulo con sus seres queridos. “Cuando me gradué, salimos a comer en familia. Es lindo retomar lo que siempre hemos hecho juntos”, dice con alegría.