Las Elecciones 2025, que culminan este 13 de abril, enfrentan al ganador a un escenario económico complejo. Luisa González o Daniel Noboa heredarán un país con inflación al alza, desempleo persistente y aranceles de Estados Unidos que golpean las exportaciones. Según el INEC, la inflación en marzo de 2025 alcanzó el 0.35%, con una canasta básica de $800.60. Además, la pobreza y la dependencia del petróleo agravan la situación. El próximo presidente deberá actuar con urgencia para garantizar estabilidad.
Elecciones 2025: inflación y precios del petróleo
El INEC reportó un aumento de la inflación en marzo de 2025, según su informe del 4 de abril. La tasa mensual fue del 0.35%, con una inflación acumulada del 1.2% en el año. La canasta familiar básica alcanzó los $800.60, un costo elevado para los hogares. Esto complica el panorama para el ganador de las Elecciones 2025. La presión inflacionaria afecta el poder adquisitivo de los ecuatorianos.
Por su parte, el precio del petróleo, clave para Ecuador, enfrenta una caída global. El crudo representa el 30% de las exportaciones, pero su valor disminuyó en 2025. Esto reduce los ingresos fiscales, según Deloitte. El próximo presidente deberá diversificar la economía para mitigar esta dependencia. La suspensión de operaciones en Yasuní agrava aún más la situación.
Además, el Banco Central del Ecuador proyecta un crecimiento del PIB del 2.5% para 2025. Sin embargo, la inflación al alza podría complicar este pronóstico. Los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 1.4%, según el INEC. El nuevo gobierno deberá controlar estos incrementos. La estabilidad de precios será un desafío clave.
Por otro lado, la inflación acumulada del 1.2% refleja un aumento sostenido en los costos. Esto impacta a los sectores más vulnerables, que ya enfrentan dificultades económicas. El próximo presidente deberá implementar políticas para contener la inflación. También necesitará fortalecer la producción local. La meta es reducir la presión sobre los consumidores.
Pobreza, desempleo y salario mínimo deberá enfrentar el ganador de las Elecciones 2025
La pobreza afecta al 21.5% de los ecuatorianos, según el Banco Mundial. El desempleo se sitúa en 3.6%, pero el subempleo alcanza el 21.2%, reporta el INEC. El salario mínimo es de $460, uno de los más altos de la región. Sin embargo, la canasta básica de $800.60 supera ampliamente este ingreso. El ganador de las Elecciones 2025 enfrentará este desequilibrio.
Además, el 55.1% de los trabajadores están en el sector informal, indica el INEC. Esto refleja la precariedad laboral en el país. El próximo gobierno deberá generar empleo formal y reducir la informalidad. También enfrentará demandas para ajustar el salario mínimo. La meta es mejorar la calidad de vida sin afectar la competitividad.
Por su parte, el 35.9% de los trabajadores tienen empleo adecuado, según el INEC. Esto muestra la necesidad de políticas laborales más inclusivas. El nuevo presidente deberá priorizar la creación de empleos estables. También deberá abordar las brechas de género en el mercado laboral. La equidad será un factor clave para el desarrollo.
Por otro lado, la pobreza extrema afecta al 8.8% de la población, según el Banco Mundial. Esto exige programas sociales más efectivos para los sectores vulnerables. El próximo gobierno deberá aumentar la inversión en educación y salud. Estas áreas son esenciales para reducir la desigualdad. La pobreza estructural requiere soluciones a largo plazo.
Comercio exterior y aranceles
Los aranceles impuestos por Estados Unidos en 2025 impactan las exportaciones ecuatorianas. Productos como banano y camarón perdieron un 5% de ingresos, según Deloitte. Las importaciones crecieron 1.8%, mientras las exportaciones solo 0.7%, generando un déficit comercial. Esto afecta la balanza de pagos del país. El próximo presidente deberá buscar nuevos mercados.
Además, el cierre del bloque petrolero ITT, tras la consulta de 2023, reduce la producción en 14%. Esto agrava la dependencia de las exportaciones no petroleras, según Primicias. La diversificación económica será clave para el nuevo gobierno. También deberá negociar acuerdos comerciales con socios estratégicos. La estabilidad externa es fundamental para el crecimiento.
Por su parte, el Banco Central prevé un aumento en las exportaciones no petroleras. Productos como cacao, atún y camarón podrían beneficiarse de nuevos acuerdos comerciales. Sin embargo, los aranceles de Estados Unidos limitan el potencial de estos sectores. El próximo presidente deberá fortalecer la competitividad. Esto incluye mejorar la infraestructura y reducir costos logísticos.
Por otro lado, los acuerdos comerciales con China y Costa Rica ofrecen oportunidades. El Banco Central estima que estos tratados impulsarán el intercambio de bienes. Sin embargo, la guerra arancelaria global podría afectar los precios internacionales. El nuevo gobierno deberá diversificar los destinos de exportación. Esto reducirá la vulnerabilidad ante choques externos.
Inversión, PIB y presupuesto 2025
La inversión extranjera directa fue negativa en 2023, con –$2,000 millones, según ECLAC. En 2024, mejoró a $1,000 millones, pero sigue baja, reporta UNCTAD. El PIB creció 0.8% en 2024 y se proyecta un 2.5% para 2025, indica el Banco Central. El presupuesto de 2025 prioriza seguridad, con un déficit del 2%. Esto limita el gasto social.
Además, las recaudaciones del SRI crecieron en los últimos años. En 2023 fueron $15,500 millones, en 2024 $16,200 millones y en 2025 $5,000 millones hasta abril. El próximo presidente deberá atraer inversión y mantener la disciplina fiscal. Las reformas estructurales serán esenciales. El panorama económico exige decisiones estratégicas.
Por su parte, el déficit fiscal de 2024 fue del 2%, una mejora frente al 5.2% de 2023. Sin embargo, el presupuesto de 2025 enfrenta restricciones por el acuerdo con el FMI. Esto incluye $1,250 millones en financiamiento para consolidación fiscal. El nuevo gobierno deberá optimizar el gasto público. La inversión en infraestructura será clave.
Por otro lado, el crecimiento del PIB depende de la inversión pública y privada. El Banco Central espera un repunte en el consumo privado en 2025. Sin embargo, fenómenos climáticos y la inseguridad podrían afectar las proyecciones. El próximo presidente deberá garantizar estabilidad macroeconómica. Esto incluye controlar la inflación y fomentar el empleo.
Perspectivas y retos a largo plazo
El ganador de las Elecciones 2025 deberá enfrentar retos estructurales más allá de 2025. La dependencia del petróleo sigue siendo un riesgo para la economía. La transición hacia energías renovables podría ser una solución viable. También se necesita una reforma tributaria para aumentar los ingresos. Esto permitirá financiar programas sociales sin aumentar el déficit.
Además, la inseguridad impacta la inversión y el turismo, sectores clave para el crecimiento. En 2024, la crisis energética agravó la recesión, con una caída del PIB del 0.4%. El próximo gobierno deberá garantizar un suministro energético estable. Esto incluye proyectos de infraestructura y acuerdos internacionales. La estabilidad económica dependerá de estas decisiones.