Un atentado armado se perpetró la tarde de este martes 6 de mayo contra una unidad educativa ubicada en Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil. Un hombre encapuchado disparó múltiples veces contra la entrada del establecimiento y dejó un panfleto con amenazas extorsivas, generando alarma entre el personal y estudiantes.
El ataque se registró pasadas las 16h45, en un plantel donde también se imparten clases nocturnas para adultos. El documento dejado por el agresor exigía que los trabajadores se comuniquen con un número telefónico procedente de Perú, lo que apunta a un intento de extorsión transfronteriza.
La Policía halló nueve indicios balísticos en la unidad educativa de Guayaquil
Tras el incidente, agentes de la Policía Nacional acudieron al lugar para asegurar la escena y recolectar evidencias. Según el informe preliminar, se hallaron nueve indicios balísticos en el lugar, los cuales impactaron no solo la puerta principal de la institución, sino también dos vehículos pertenecientes a funcionarios del plantel.
Las personas presentes en el colegio fueron evacuadas de inmediato por precaución. Ante el riesgo de nuevos ataques, se ordenó la suspensión de clases nocturnas. En su lugar, los estudiantes trabajarán temporalmente con fichas pedagógicas a distancia, informó personal del plantel a este medio.
Silencio oficial del Ministerio de Educación
El atentado fue comunicado a la Autoridad Distrital del Ministerio de Educación, responsable de la supervisión de instituciones educativas en la zona. Sin embargo, al cierre de esta edición, no se ha emitido un pronunciamiento oficial.
El caso ha sido puesto en conocimiento de la Unidad de Investigaciones de la Policía Nacional, que se encuentra recopilando información para determinar el origen del número telefónico y establecer responsabilidades. Se presume que este ataque está relacionado con las bandas delictivas que operan bajo esquemas de extorsión en sectores vulnerables del país.
Aumento de casos de violencia en centros educativos
Este atentado se suma a una creciente preocupación por los actos de violencia e intimidación en unidades educativas de Guayaquil. En meses recientes, se han reportado amenazas similares en zonas urbanas y rurales del Ecuador, afectando la seguridad del entorno escolar.
Las autoridades han reforzado las recomendaciones para que directivos denuncien cualquier intento de extorsión y coordinen con las unidades policiales territoriales ante eventos sospechosos. Sin embargo, la falta de respuestas institucionales inmediatas complica la implementación de medidas preventivas eficaces.
El ataque en Flor de Bastión evidencia la vulnerabilidad de centros educativos ante el accionar delictivo, especialmente en sectores con alta incidencia criminal. La comunidad educativa exige acciones concretas para garantizar la seguridad de alumnos, docentes y personal administrativo.
