María ha tenido que cargar una “cruz”, su vida ha sido muy complicada, sin embargo su amor de madre le ha permitido salir adelante.Sus hijos han estado por delante de todo, a pesar de las dificultades que la vida le puso en el camino.
La mujer procreó siete hijos, cuatro de ellos con discapacidad, todos viven con ella.
María y los suyos llevan tres años en Santo Domingo, tienen una pequeña casa que les dio el Gobierno que no han podido pagar aún, en la urbanización Ciudad Verde.
Esta familia llegó luego del terremoto, cuando la vivienda en la que habitaban sufrió daños. Residían en La Nueva Concordia.

María dijo que el caso de sus retoños es genético, de parte de familia de ella y de su esposo habían integrantes con alguna discapacidad. “Nunca imaginé que me iba a pasar, no se podía prevenir porque no había controles como ahora que les ven desde que están embarazadas”, expresó la señora quien tiene una tienda en su vivienda para ayudarse económicamente.
La mayor de sus hijas tiene 35 años y registra el 61 % de discapacidad; la segunda 33 años de edad y con el 64 % en su carné; el tercero 32 años y 48 %, los tres con discapacidad intelectual.
La menor tiene 17 años, pasa en silla de ruedas, nunca caminó ni habló, su porcentaje es del 92 %.
Desde hace muchos años ellos viven sin su padre, María se separó de él “porque me maltrataba mucho”.
Pero rehízo su vida con un hombre que le ayuda en todo, no tiene trabajo, porque es jornalero, y en casa cocina, da de comer a los chicos, quienes le dicen papá.
Sus otros tres hijos, sin  discapacidad, pudieron ayudarle en el cuidado de sus hermanos hasta que se hicieron de compromiso.
María aún llora por uno de sus retoños, en marzo del año pasado una descarga eléctrica le quitó la vida, cuando cortaba una palma, ahora son seis.