Los candidatos deben promover los proyectos presentados en campaña electoral como políticas de Estado, con propuestas integrales, y que planteen soluciones a los grandes problemas sociales y económicos; crear fuentes de trabajo y generar confianza a los ecuatorianos ante tanta corrupción enquistada en la administración pública.

Los funcionarios que han sido señalados como corruptos por las autoridades deben rendir cuentas a la justicia, así como al pueblo ecuatoriano.

Existe un inusitado interés por llegar a Carondelet. El que llegue debe tomar decisiones que generen soluciones de avanzada en beneficio de todo el país, en medio de la pandemia por el COVID-19. 

Es innegable que se siguen postergando los sueños y esperanzas de los ecuatorianos en tener mejores días. Los candidatos presentan promesas irrealizables en medio de la pandemia que nos afecta a todos.

Frente a las adversidades, es el momento histórico que demanda otra conciencia social. Debería diseñarse un plan de desarrollo post gobierno que marcará la recta definitiva de progreso. Una propuesta que permita distribuir las riquezas equitativamente a los sectores más vulnerables de la población, repotenciar el comercio, las exportaciones de nuestros productos, además dar una mirada al campo, incentivar al agricultor, darle asistencia técnica, créditos a los microempresarios a bajo interés.

No queda bien seguir mintiéndoles a nuestros conciudadanos. Si queremos tener un país mejor y con oportunidades elijamos, pues, al mejor con perfiles idóneos, serios y capaces. 

Tenemos suficiente tiempo para meditar y reflexionar el voto. La campaña recién se inició. Usted, querido amigo, tiene la decisión y el derecho a elegir, así lo expresan las normas democráticas.

Este es un llamado que realizo para aquellos que inspiran progreso y desarrollo con ideas y espíritu innovador.