La vida de Juan Domingo Salvatierra Rodríguez, de 47 años, costó 500 dólares. Mientras el cuerpo de Salvatierra Rodríguez estaba dentro del centro forense, su esposa Mayra Obando exigía justicia por su muerte.

La mujer recordó a su marido como un hombre trabajador, quien era conocido en la parroquia San Carlos por vender salchipapas, realizar fletes en su camioneta y sus trabajos en la agricultura.
“Exijo justicia, él no tenía problemas con nadie”, dijo la viuda mientras permanecía en espera del cadáver precisando que en el momento del crimen ella estaba trabajando en un gabinete, su esposo había quedado en la casa con sus tres hijos menores de edad.

El ‘Capo’, como le decían a Domingo, fue asesinado con dos balazos en su cabeza cuando dormía en una hamaca en el portal de su vivienda, ubicada en el barrio El Porvenir de la parroquia rural San Carlos, de Quevedo, a las 14h00 del martes.
El sicario llegó hasta el sitio y luego de disparar huyó en una motocicleta.

Horas después de la tragedia, agentes de la Dinased lograron aclarar el crimen y detener a tres de los cuatro involucrados en la muerte violenta.
Entre los detenidos está Mayra, la mujer de Domingo con quien llevaba 20 años de casados y tenían cuatro hijos.