El 22 de abril de 2025, la Iglesia Católica conmemora a San Sotero, un papa y mártir que lideró la Iglesia desde Roma entre 166 y 175. Su pontificado, marcado por la defensa de la fe en tiempos de persecución, lo convirtió en un símbolo de fortaleza para los primeros cristianos.
San Sotero gobernó en una era de hostilidad hacia el cristianismo, bajo el Imperio Romano de Marco Aurelio, cuando los cristianos enfrentaban acusaciones de traición y eran perseguidos. Su memoria perdura en el Martirologio Romano como ejemplo de liderazgo en la adversidad.
San Sotero, un pontificado en tiempos de crisis
San Sotero, nacido en Fondi, en la región italiana de Lacio, fue elegido papa en 166, sucediendo a San Aniceto. Aunque los detalles de su vida son escasos, se sabe que era de origen griego y que su familia tenía raíces cristianas. Su pontificado, que duró cerca de nueve años, se desarrolló en un contexto de persecuciones esporádicas contra los cristianos, quienes eran vistos con sospecha por las autoridades romanas.
Durante su papado, Sotero se destacó por su caridad, enviando ayuda económica a comunidades cristianas necesitadas, como las de Corinto, según registros del historiador Eusebio de Cesarea. También combatió herejías, como el montanismo, que amenazaban la unidad doctrinal de la Iglesia.
Martirio y legado de San Sotero
El Martirologio Romano registra a San Sotero como mártir, aunque no hay evidencia definitiva de que muriera violentamente. La tradición sugiere que falleció en 175, posiblemente por las duras condiciones de su ministerio o como víctima de las persecuciones. Su muerte el 22 de abril marcó su entrada en el santoral católico, junto a otros papas mártires de la Iglesia primitiva.
Su legado se centra en su papel como pastor que fortaleció la organización eclesiástica en un período crítico. Estableció normas litúrgicas, como la celebración de la Pascua en domingo, un tema debatido en su tiempo. Su humildad y generosidad lo convirtieron en un modelo para los primeros cristianos.
Contexto en el siglo II
El siglo II fue un período de expansión del cristianismo, pero también de desafíos. Los cristianos, minoría en el Imperio Romano, enfrentaban acusaciones de ateísmo por rechazar a los dioses paganos. Papas como Sotero trabajaron para consolidar la fe, fomentar la unidad y responder a las necesidades de las comunidades dispersas.
En Roma, el centro del cristianismo, los papas vivían bajo constante amenaza. La labor de Sotero ayudó a sentar las bases para la estructura eclesiástica que perdura hasta hoy, incluyendo la autoridad del obispo de Roma como sucesor de Pedro.
Relevancia en 2025
El 22 de abril de 2025 cae en el martes de la Octava de Pascua, un tiempo litúrgico centrado en la Resurrección, lo que puede limitar las conmemoraciones de santos según las normas de la Iglesia. Sin embargo, San Sotero sigue en el santoral, y los fieles pueden recordarlo mediante oraciones o reflexiones sobre su liderazgo.
En el Jubileo 2025, convocado por el Papa Francisco con el lema “Peregrinos de la Esperanza”, la figura de Sotero resuena como un ejemplo de perseverancia. Aunque menos conocido que otros papas, su vida inspira a los católicos a vivir la fe con generosidad. Otros santos del 22 de abril, como San Cayo, también son recordados, pero Sotero destaca por su papel en la Iglesia naciente.